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Columnistas

Carretera eléctrica

El gobierno decidió no incluir un sistema de expropiaciones en su Proyecto de Carretera Eléctrica...

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 10 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.

El gobierno decidió no incluir un sistema de expropiaciones en su Proyecto de Carretera Eléctrica, informando que el modelo que más le acomoda es que el Estado gestione las servidumbres. Lamentablemente, una vez más, equivoca el camino en materia energética dando señales equívocas.

El primer gran error fue haber hecho pública la idea de una carretera eléctrica sin estudiar de manera previa este sistema. En mi opinión, más que una carretera eléctrica se requiere de un corredor público de infraestructura que ampare las líneas de transmisión eléctrica como todo otro servicio público, público o privado, que requiera terrenos ajenos para su implementación. Para ello, el único modelo exitoso en el último tiempo ha sido el de las concesiones de obras públicas, que se sustenta en el sistema de expropiación.

La gestión voluntaria y forzosa de servidumbres eléctricas ha sido muy ineficiente en la última década, siendo el principal responsable del atraso y carencia del sistema de transmisión. La institucionalidad pública, manifestada a través de la concesión eléctrica definitiva, se ha visto menoscabada alejándose de su objetivo de dar seguridad de suministro al sistema eléctrico. Los factores son múltiples, pero radican principalmente en los cambios sociales, con una sociedad más empoderada, cada vez más renuente a aceptar, por sobre su derecho de propiedad, proyectos de interés público. El legislador de los ‘80 fortaleció el sistema de propiedad privada conjuntamente con fortalecer la iniciativa privada para el desarrollo de ciertos servicios públicos, sin prever que ambos principios podrían estar en posiciones antagónicas.

Hoy los privados se oponen a la iniciativa de los privados; cada uno defiende lo suyo y la autoridad no ha sido capaz de zanjarlo como regulador. Ante el fracaso de las servidumbres forzosas la expropiación aparece como el medio más eficiente y jurídicamente certero para implementar una carretera eléctrica, pero tiene un gran problema: requiere de una ley. La expropiación debe estar amparada en una ley que la autorice y para ello requiere ir al Congreso. Ahí está la madre del problema: el panorama político no garantiza al Gobierno el éxito de una medida así por temor a que no hayan parlamentarios dispuestos a aceptar una carretera eléctrica en su distrito o circunscripción. El Gobierno sabe que no tiene, ni siquiera en su coalición, la capacidad de generar los votos para aprobarlo y de ahí el cambio de postura anunciada.

Que el Estado tramite y negocie servidumbres es tanto o más ineficiente que lo hagan los particulares, por lo que esa fórmula de carretera pública no resuelve los graves problemas de suministro que vamos a vivir hacia 2015. Lamentablemente, hoy en Chile no existe ni el estadista ni el político visionario que se atreva a tomar medidas para perfeccionar el sistema eléctrico por impopulares, aun cuando eso signifique no llegar al desarrollo e incluso pobreza para muchos. Hoy la política de corto plazo nos supera y para ello no existe Sernac que nos defienda.

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