Cambio del paradigma regulatorio en Telecomunicaciones
El subsecretario de Telecomunicaciones, en entrevista con Diario Financiero...
El subsecretario de Telecomunicaciones, en entrevista con Diario Financiero, nos entregó una muy buena noticia para el desarrollo de las telecomunicaciones en Chile. Señaló que a propósito de la licitación de tecnologías 4G era necesario modificar el enfoque de regulación de telecomunicaciones, regulando de una manera diferente la infraestructura de los servicios de valor agregado.
El subsecretario señaló que el servicio se “ordenaría en dos “capas”: una donde se encontrará toda la infraestructura, como antenas, redes de fibra óptica e instalaciones finales, inalámbricas o cableadas; y otra donde se agrupan todos los servicios de telecomunicaciones que se puedan ofrecer a través de estas redes, como telefonía, Internet o televisión. Con ello, se abriría un nuevo mercado para las empresas, en el que ya no tendrían que preocuparse por la instalación física de las redes y entrarían a competir en los servicios al usuario final, y con la infraestructura a cargo de operadores neutro”.
El antiguo Consejo de Innovación para la Competitividad realizó estudios que le llevaron a concluir que si Chile quería reducir la brecha digital, debía poner como objetivo fundamental el desarrollo de un nuevo paradigma regulatorio en telecomunicaciones, en que se promueva el compartir infraestructura de telecomunicaciones en esquemas de provisión de infraestructura separado de los servicios de valor agregado en los cuales debe darse la competencia.
Tal como señala el subsecretario, la regulación actual no es consistente con el fenómeno de la “convergencia tecnológica”. Hoy diferentes servicios de valor agregado se pueden otorgar en distintos tipos de infraestructura. Las barreras de entrada se generan cuando la infraestructura tiene asociada grandes economías de escalas con costos hundidos y además externalidades ambientales negativas.
La infraestructura de fibra óptica ha generado un aumento vertiginoso del ancho de banda con una notable gama de nuevos servicios que generarán una explosión del uso de estas tecnologías. Esta infraestructura requiere una significativa inversión hundida, que genera importantes barreras de entrada. Es absurdo tener un modelo regulatorio en que se superpone esta inversión en las zonas de alto ingreso y queda sin cobertura en las de bajo ingreso. Es por ello que varios países de la OCDE han cuestionado los paradigmas prevalecientes de regulación y competencia en el sector telecomunicaciones.
El modelo de empresas integradas verticalmente que compiten en servicios de valor agregado e infraestructura no es eficiente para permitir un aumento de la cobertura de servicios de voz y datos sobre internet con las capacidades que requieren la aplicaciones más valoradas por los usuarios.
Chile no podrá aumentar cobertura y calidad y generar competencia en precios si se mantiene el esquema actual. El despliegue de infraestructura por actores dominantes en las zonas de alta disposición a pagar genera altos precios, barreras de entrada, baja cobertura de calidad, en síntesis una brecha digital que se acrecienta y aumenta la inequidad de nuestra sociedad.
Para resolver la provisión del servicio, en países de la OCDE se han generado esquemas de concesión de infraestructura de fibra óptica y otras infraestructuras anexas, licitadas y con tarifas reguladas o definidas en el proceso de licitación. De esta forma el que invierte en esta infraestructura incurre en un riesgo bajo y, por lo tanto, está dispuesto a hacerlo a rentabilidades más bajas que los servicios competitivos de valor agregado, generando así operadores puros de infraestructura a nivel urbano.
Avanzar en esta reforma permitirá dar un salto en productividad, reducir la brecha digital y por tanto lograr mayores grados de equidad.