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¿A qué pensiones podemos aspirar?

MARÍA JOSÉ ZALDÍVAR Abogada y ex ministra del Trabajo

Por: MARÍA JOSÉ ZALDÍVAR | Publicado: Jueves 27 de octubre de 2022 a las 04:00 hrs.
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MARÍA JOSÉ ZALDÍVAR

Los sistemas previsionales buscan asegurarles a los trabajadores que, al momento de retirarse de sus empleos, puedan contar con los recursos necesarios para cubrir sus necesidades, primando el concepto de que el beneficio previsional debe sustituir los ingresos. Y es por eso que durante los últimos días, después de conocidos algunos ejemplos de la propuesta que el Gobierno prepara para reformar el sistema de pensiones, se ha discutido si corresponde o no que se entreguen pensiones cuyas tasas de reemplazo sean superiores al 100%. Situación que se daría básicamente en los casos de trabajadores de menores ingresos.

Quienes consideran que esto es acertado argumentan que en muchos países de la OCDE se garantiza un piso mínimo a fin de asegurar un alivio a la pobreza, sobre todo en aquellos casos en los cuales tienen historias laborales completas y cuyos ingresos estén por debajo del promedio de los ingresos de ese país.

“El sistema de pensiones que construyamos debe permitir que todos los trabajadores vean aumentadas sus tasas de reemplazo y no sólo los de menores recursos. Los trabajadores de ingresos medios y altos también merecen mejores pensiones”.

El objetivo de asegurar que ningún adulto mayor esté bajo la línea de la pobreza es una meta que como país debemos abrazar, y para la cual estamos trabajando hace muchísimos años, desde la creación del pilar solidario. Pero es importante que esta promesa esté en sintonía con muchas otras que debemos cumplir.

En primer lugar, debemos entender que las pensiones en nuestro país son muy bajas, porque los salarios también lo son. Según datos del INE la mediana de los sueldos en Chile es de sólo $ 460.000, por lo que no nos debería de extrañar que el promedio de pensión este en torno a los $ 330.000. Si es una prioridad como sociedad aliviar la pobreza durante la vejez estableciendo montos mínimos, debería ser al mismo tiempo una prioridad buscar mecanismos para potenciar la inversión y la productividad, para de esa manera poder garantizar mejores sueldos a las familias chilenas. Sobre todo, hoy en día que vemos como el costo de la vida ha aumentado de manera significativa, y aún tenemos muchas personas en la informalidad o fuera del mercado laboral.

Es importante también tener presente que transversalmente en Chile las tasas de reemplazo de las pensiones son bajas, y que todos los trabajadores, por lo general, al momento de pensionarse ven disminuidos de manera muy importantes sus ingresos. Y es por eso que, teniendo una PGU que está cumpliendo con ese rol de alivio de la pobreza de manera muy significativa, es necesario trabajar para que el sistema de pensiones que construyamos permita que todos los trabajadores vean aumentadas sus tasas de reemplazo de manera significativa, y no sólo los de menores recursos. Los trabajadores de ingresos medios y altos también merecen mejores pensiones.

Finalmente, cuando miremos a otros países para compararnos, es importante ver los datos de manera integral y armónica. Si queremos llegar a tener tasas de reemplazo de un 70% o más, debemos considerar cuáles son los parámetros de los sistemas que sí las garantizan, que no son sólo una mayor tasa de cotización, sino también tener presente cuáles son las densidades mínimas de cotización requeridas para poder acceder a dicha tasa de reemplazo, y en qué situación quedan quienes no pueden cumplirlas. Es necesario además tener presente los montos de los salarios promedio por los cuales ahorran y las tasas de formalidad laboral.

Sólo teniendo claro el diagnóstico completo nos podemos comparar y buscar los mecanismos para alcanzar la meta deseada.

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