Un remedio que agrava la enfermedad
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Señor Director:
Actualmente se encuentra en consulta pública la propuesta normativa de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) que modifica el cálculo del pago mínimo en tarjetas de crédito. Aunque bien intencionada, la regulación parece centrarse más en lo que debería ser el comportamiento financiero ideal, que en la realidad económica de los tarjetahabientes, planteando serias interrogantes sobre su efectividad y consecuencias.
Desde la perspectiva del consumidor, el pago mínimo es una opción fundamental que refleja la autonomía individual en contextos financieros adversos. La propuesta, al incluir nuevos elementos en el cálculo, incrementa significativamente el monto del pago mínimo y se empeorará la situación de morosidad, sin considerar las múltiples razones que llevan a los consumidores a optar en ocasiones por esta alternativa.
La economía del comportamiento nos advierte que las personas toman decisiones financieras basadas en sus capacidades reales, no en supuestos ideales. Las personas continuarán utilizando la modalidad de pago mínimo y el remedio muy seguramente agravará la enfermedad.
Otro punto crítico es que el pago mínimo, según datos de la propia CMF, es una herramienta marginalmente utilizada: un muy reducido porcentaje de los tarjetahabientes lo usa regularmente, y la solución impuesta impactará a todos.
Si bien la intención es loable, su diseño requiere un enfoque más integral que considere la realidad del consumidor promedio y sus capacidades.
Jaime Lorenzini
Socio Lorenzini-Twyman