La marcha de los salmones
Señor Director:
Hace días, pasó algo inédito en Chile (y quizás a nivel mundial): parte de los trabajadores, proveedores y la comunidad ligada a la industria salmonera se movilizó por las calles de Puerto Montt, Aysén y Magallanes por considerar que un artículo dentro del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), podía convertirse en un retroceso para su progreso y desarrollo económico y social.
Frente a estos hechos, dos reflexiones.
Primero, cuando las empresas crean valor más allá de sus fronteras naturales, éste se siente y se defiende. En la situación del salmón, se tornó vívida la teoría del Stakeholder Engagement, que supone la existencia de un grupo de individuos con un alto nivel de compromiso y relacionamiento con una determinada empresa o industria.
Segundo, en políticas públicas existe una necesidad permanente de un diálogo fluido entre comunidades locales y organismos centrales o nacionales. Queda en evidencia que frente a una misma realidad tenemos ideas muchas veces opuestas, que no son sanas para alcanzar el desarrollo sostenible.
Todos buscamos proteger el medio ambiente, pero se requieren acuerdos aún más finos para lograr sintonía, entendiendo la urgencia medioambiental, pero también los costos que acarrea cada decisión tomada.
Pablo Vidal
Gerente de Sustenta+