Señor Director:
“Si en el día de mi muerte me dan la opción de renacer, elijo ser albatros y volar el Mar del Sur…” es, quizás, la frase de Felipe Cubillos más reproducida hoy en los medios y redes sociales. Dice el mito que el albatros es un ave de buen augurio entre los marineros, pero que su muerte puede resultar desastrosa. Y sin duda en este caso lo ha sido, no sólo por el profundo dolor que la trágica pérdida de 21 personas causa en sus familias, amigos y compañeros de trabajo, sino también porque su perfil público y de servicio tiene a todo un país entristecido y de luto.
Sin embargo, y yendo contra la corriente, al igual que lo hace el albatros al levantar vuelo y al igual que lo hizo Cubillos con Desafío Levantemos Chile, creemos que su desaparición está siendo poderosamente inspiradora y llamándonos a todos a una intensa reflexión sobre la manera cómo estamos haciendo las cosas, el legado que le estamos dejando a las nuevas generaciones y a nuestro país, el aporte que estamos haciendo para lograr una sociedad más inclusiva y más humana, y cómo estamos mirando, valorando y relacionándonos con los demás. ¿Estamos siendo fieles a nuestras convicciones? Incansables viajeras, los albatros son las aves marinas más grandes que existen y capaces de dar la vuelta al mundo en 46 días. Muy parecidas a Felipe, con una grandeza trascendente y que nos llama a tomar el liderazgo que él plantea: “ese que hace lo que debe hacer y dice lo que debe decir, sin esperar resultados inmediatos (…) Los que marcan un camino.” Hoy, el albatros está en peligro de extinción.
Hagamos lo que Cubillos nos dejó como una de sus reflexiones derivadas de su travesía por el mar. Actuemos con responsabilidad social, “haciendo el bien, así podremos estar en la lista de espera si el cielo existe, y si no existe, habremos tenido nuestro propio cielo en esta tierra…” Y nos referimos tanto en nuestras relaciones personales, como laborales y cívicas.
Como el albatros, Felipe Cubillos reposa hoy en el mar. Que su último vuelo no haya sido en vano, seamos audaces y valerosos, para que él nos vea como lo deseaba y lo expresa en la segunda parte de la frase que inició esta carta: “… Y mirar a los intrépidos navegantes que arriesgan sus vidas y dejan todo en busca de su sueño, en busca de su sueño imposible.”
Felipe Lira Ibáñez
Presidente Acción RSE
Señor Director:
Ojalá que la muerte de Felipe Cubilos sirva para que se cumpla lo antes posible lo que él pedía: la modificación al proyecto de Ley de Donaciones con fines generales.
Carlos Morales Medina
Señor Director:
Agradezco al lector Juan Luis Hernández por recordar mi insistencia sobre la importancia del oro en estos tiempos de crisis. A quienes les interese el tema, podrán encontrar un análisis más profundo en mi libro “La miseria del intervencionismo” que se encontrará pronto disponible en las principales librerías del país.
Axel Kaiser
Señor Director:
En su edición online del 13 de septiembre, se informa que el presidente ejecutivo de Codelco, Diego Hernández, anunció que invertirán US$ 1.000 millones en un plan para reducir emisiones de sus fundiciones de cobre en un plazo de tres a cinco años. No sabemos si esta decisión la tomó para adelantarse a futuras normativas que regularán a las fundiciones y quedar bien ante la opinión pública o lo hizo porque al fin está tomando conciencia del daño ambiental que ha causado. Prefiero pensar lo segundo.
Recordando que la empresa fue multada por la autoridad por la nube tóxica que afectó en marzo a los habitantes de La Greda en Puchuncaví, pareciera ser lo mínimo el que esta empresa estatal decida invertir en regular sus emisiones, sobre todo hoy que se encuentra en un escenario absolutamente favorable de grandes utilidades y cuenta con los recursos para ello. Sólo nos queda esperar que Codelco cumpla.
Carlos Vergara Lamarca