Cartas al Director

Reforma educacional I
Señor Director:

Según los expertos, los principales problemas con la educación pública serían su financiamiento deficiente y la calidad de los profesores.

El Estado debería duplicar o triplicar el gasto por niño y sería necesario multiplicar el sueldo de los maestros para dignificar y atraer sobresalientes a la profesión. Otros señalan también que los privados malversan los fondos del sistema, y que por tanto habría que aguijonearlos fuera. Si vemos las cifras comparables el resultado privado es levemente superior al público, lo cual demuestra que los particulares lo hacen mejor administrando su inopia. Entonces, uno se pregunta ¿dónde está dicha malversación? Con déficits similares obtienen resultados superiores, ¿pero igual serían parte del problema? Algunos reclaman contra el copago y dicen que se usa para discriminar, pero si alguien reconoce que existe una insuficiencia que el Estado resolvió no cubrir de alguna manera debe suplirse. Esto puede generar diferencias con quienes no pueden pagar, pero esto es culpa del déficit y no de los colegios. Es claro que sin deficiencias financieras nadie podría justificar un copago. Pero el tema de la segregación al parecer sería solamente un pretexto. Seguirían los colegios emblemáticos y particulares pagados, las máximas élites del sistema, y ahora quieren asignar los colegios por zonas geográficas, en el país más segregado del planeta residencialmente hablando. Lo único que tengo claro es que como nación decidimos invertir poco en la educación de nuestros niños y ahora vemos los resultados, que al Estado no le gusta que otros inviertan por él, porque no acepta que algunos puedan acceder a servicios mejores a los que presta, y que se es mucho más exigente con los privados que con los municipios al momento de solicitarles la rendición de cuentas. Intento entender, pero algo no me calza. Veo gato encerrado.

CRISTIÁN GABLER
ABOGADO

Reforma educacional II
Señor Director:

Siempre es positivo que se genere un debate sobre temas tan relevantes como la Educación, y la aprobación de la reforma por la Cámara de Diputados ha contribuido a ello. No obstante, es lamentable que tanto la iniciativa aprobada como las opiniones generadas, se concentren sólo en una mitad de la propuesta que originalmente motivó esta reforma: educación gratuita y de calidad. Una revisión de las noticias, columnas, cartas y entrevistas, permite apreciar que la preocupación gira casi en su totalidad –en poco más de un 80%- en torno a los aspectos económicos y administrativos de la reforma.

Transcurrido tan poco tiempo luego de los resultados del Simce, sería deseable que la mirada también se dirigiera hacia un proyecto para una educación de calidad desde lo pedagógico. Los aspectos económicos pueden constituir un primer paso hacia la calidad, pero ¿existe realmente un proyecto ya pensado sobre el modelo educacional, el perfil docente, los sistemas de evaluación, las condiciones de enseñanza o los objetivos curriculares que se persiguen, una vez que se regulen las condiciones administrativas?

Una educación de calidad puede entenderse como una más inclusiva y equitativa, pero no se trata de una definición completa.

El proyecto, en los aspectos que hasta ahora ocupan la atención, se hace cargo del beneficio social, tal vez cultural, de los estudiantes, pero no de los bienes pedagógicos y formativos que debería conllevar. Éstos sólo se asumen, pero no se evidencian. Se trata de una tarea que no puede pensarse para después, pues forma parte del propósito último de una reforma que no debe aspirar a cambios administrativos por sí, sino por la educación y los procesos educativos, esos del aula, de la formación y del aprendizaje.

M. GABRIELA HUIDOBRO
NÚCLEO DE INVESTIGACIONES EN EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO

Impuestos
Señor Director:

Un llamado urgente a las autoridades: ¿Alguien le puede subir los impuestos a los delincuentes? Ya me cuesta tener ánimo para trabajar. Me han robado dos veces en un mes y han tenido un intento fallido adicional.

JORGE NAZAL MUSA