Cartas

Cartas al Director

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Pesca artesanal

Señor Director:


Como representantes del 90% de los pescadores artesanales de la región de Chiloé vemos con expectación el nombramiento de Pablo Longueira como ministro de Economía. Valoramos la responsabilidad que él tiene como ministro y esperamos contar con su apoyo para poder impulsar y desarrollar la pesca artesanal de nuestro país.
Sin embargo, queremos hacer público nuestro rechazo a la mesa de trabajo que el ministro propuso para poder negociar la nueva Ley de Pesca.
Queremos hacer hincapié a que, pese que como dirigentes estamos abiertos al diálogo, no dejaremos de lado nuestras convicciones. Creemos firmemente que los temas regionales se deben discutir en cada región, independiente de las otras instancias de diálogo que existan entre el gobierno y la pesca artesanal a nivel nacional.
Esperamos que el ministro Longueira haga una distinción entre el sector industrial y el artesanal y atienda nuestras peticiones por separado. No tenemos nada que discutir con el sector industrial. Esperamos que a la hora de definir las nuevas cuotas de captura se revisen y modifiquen los desiguales fraccionamientos que existen hoy. Exigimos mayor justicia económica y rentabilidad para la pesca artesanal.

Pedro Ojeda
Presidente Unión de Federaciones


Jorge Bustos
Presidente COREPA AG.

Héctor Morales
Presidente del Consejo Provincial de Chiloé.

Política fiscal

Señor Director:


La política fiscal se ha constituido en un pilar fundamental de la economía chilena. En la época de Nicolás Eyzaguirre nació la regla del superávit estructural, la que hizo su aporte al definir, por primera vez, que el Estado tendría como objetivo mantener en el largo plazo un superávit en materia de saldo fiscal. Además, quedó estipulado que los gastos permanentes se financiarían sólo con ingresos permanentes. El actual ministro de Hacienda, Felipe Larraín, no se ha quedado atrás y definió otra regla, condición necesaria y suficiente para cerrar este “modelo chileno”, donde el gasto fiscal no debe crecer más que el PIB, en forma estructural (en el largo plazo), generando un espacio de flexibilización, al fijar el guarismo en -1% para un déficit estructural. La nueva situación es que al subir impuestos (léase, ingresos permanentes) serán sólo para financiar gastos permanentes, siempre y cuando el gasto fiscal no esté creciendo más que el PIB.
En consecuencia, sería muy raro tener que aumentar impuestos si la economía crece, pues el gasto también puede crecer, pero éste no debe crecer más, básicamente porque si en el largo plazo crece más, la producción no va al mismo ritmo y se traduce todo en una presión inflacionaria estructural.
¿Cuánto nos envidiarán los países que hoy tienen sus grandes conflictos justamente por no aplicar este tipo de reglas? Y se trata de países llamados desarrollados, que a partir de ellos calculamos el riesgo para el resto.

Víctor Valenzuela

Académico Universidad Andrés Bello


Roles invertidos

Señor Director:


Hoy se da una situación poco común: la clase política, en general, trata de mantener la sensatez y el realismo, mientras en la calle los manifestantes se hacen cargo de la demagogia y el populismo.

José Luis Hernández Vidal

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