Magro crecimiento económico en Chile
Señor Director:
El crecimiento económico está dando negativas señales, no sólo porque se augura uno en torno al 2,2%-2,5% anual durante el 2014, sino que debido a éste hay problemas en el empleo, desaceleración del consumo y cuatro trimestres consecutivos con inversión a la baja.
Cierto es que muchas economías latinoamericanas se han visto afectadas por el retiro de los estímulos dispuestos en Estados Unidos o la baja en el precio de los commodities, pero la situación chilena ha sido más crítica, toda vez que desde hace un año a la fecha las expectativas se han visto deterioradas por la reforma tributaria, anuncios de AFP Estatal, de Asamblea Constituyente, reforma laboral, cambios en el código de aguas y diversos temas de agenda política.
La reforma tributaria cada vez es menos popular, ya que si bien podemos estar de acuerdo en que tiene carácter de necesaria, cada día son más los chilenos que se están viendo afectados por ella, no sólo algunos en sus impuestos, sino muchos cuando pierden su trabajo.
A mi juicio, el Banco Central ha bajado oportunamente la tasa de interés (TPM), que ahora se encuentra en un 3,5%, lo que en parte colaborará a revitalizar el crecimiento, pero obviamente esto no será suficiente, ya que a mi entender se requiere por parte del gobierno una señal clara y pro mercado que permita mejorar la confianza de inversionistas, una señal a favor del crecimiento del país.
Es de esperar que el repunte económico del segundo semestre se extienda al 2015 y permita un crecimiento sostenido, ya no sobre la base del 4,8% potencial, ya que la reforma tributaria lo mermará relevantemente, pero sí de una manera que permita la recaudación fiscal necesaria para los cambios que se están implementando.
Piero Moltedo Perfetti
Director Académico Universidad Santo Tomás, Viña del Mar
Transporte de bultos en el Metro
Señor Director:
En relación a la medida de Metro de Santiago de no permitir el ingreso de personas que porten bultos de un tamaño superior a 80 cm de altura, sorprende la falta entendimiento de la realidad del uso del medio de transporte de quienes impulsaron esta medida.
En primer lugar, no considera a quienes utilizan el Metro para desplazarse hacia puntos de partida para viajes largos, y a quienes llegan a Santiago desde destinos lejanos por un largo tiempo, que necesariamente van muy cargados: ¿se les obligará a los pasajeros que llegan por un largo periodo, y a quienes parten por años, a tomar taxi desde o hacia sus residencias?.
Por otro lado, ¿habrán pensado en los muchos quienes no tienen acceso a pagar por un taxi y que necesariamente tienen que transportar por necesidad sus elementos de trabajo, como por ejemplo herramientas medianas para la construcción, maquetas, pendones, etc.?, ¿habrán revisado qué pasará con la carga que se le traspasa a los buses, que ya se encuentran colapsados, con esta medida? Finalmente, siendo Metro parte de Transantiago, ¿qué pasaría si los administradores de las redes de buses tomaran exactamente la misma medida, argumentando las mismas razones de Metro? No cabe duda que se trata de una medida carente de reflexión previa. Es de esperar que Metro flexibilice su posición de manera no continuar perjudicando la calidad de vida de los santiaguinos, y desincentivando el uso de transporte público, que ya se encuentra en una posición débil frente a la opinión pública.
Juan Luis Hernández Viera