Señor Director:
Recientemente se realizó en nuestro país la Primera Cumbre Latinoamericana de Innovación, en la cual participaron destacados actores en este ámbito, tanto nacionales como internacionales del sector público, privado y académico. Una de sus conclusiones más importantes fue que la innovación, sin lugar a dudas, es un factor fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas, promoviendo el desarrollo para todos los países de la región.
Dentro de los objetivos de este evento estaba crear una comunidad de actores relevantes que impulsaran la innovación en la región, lo cual se cumplió a cabalidad, pues mediante un formato de taller/workshop, los representantes de toda Latinoamérica nos dividimos en distintos grupos de trabajo y tomamos una serie de compromisos para avanzar en la creación de un documento de trabajo con objetivos concretos, que nos permitirá elaborar una agenda para el continente y que será presentada en la próxima reunión de presidentes de la Alianza del Pacifico en noviembre. Sin duda que esta Cumbre, dirigida por John Kao, uno de los máximos representantes de la innovación a nivel mundial y avalada por el gobierno a través del Ministerio de Economía y por el propio presidente Piñera, fue el punto de partida para co-crear una nueva realidad, donde la innovación, así como las tecnologías de la información y las comunicaciones, serán los actores principales. Ya dimos el primer paso, ahora hay que abrirnos a la creatividad e innovación, que nos posibilitarán la creación de caminos propios.
luis stein
presidente gechs
Señor Director:
El gobierno había adelantado la discusión del salario mínimo a marzo para evitar que este tema interfiriera con el periodo eleccionario, pero ese esfuerzo fue estéril. Sin embargo, lo que finalmente ocurrió fue que se extendió innecesariamente una discusión que debía zanjarse bajo un criterio técnico estandarizado y de público conocimiento. Efectivamente, hablar de montos aunque sean en rango, debiera corresponder a una decisión puramente técnica. Todos los años nos enfrentamos al mismo problema: se politiza una decisión que es puramente económica. La razón por la que ocurre esto es la ausencia de una fórmula consensuada y conocida para determinar el salario mínimo. Las variables clave para estos efectos son antes que todo la productividad laboral y particularmente de la mano de obra no calificada que es sensible a esta decisión, también la inflación, el crecimiento del producto en su conjunto y los salarios reales, entre otras.
La pobreza y la posibilidad de que los hogares más vulnerables tengan un ingreso familiar “ético”, como llamaban algunas autoridades eclesiásticas, o bien simplemente acordes a la realidad económica del país o incluso buscando reducir la brecha de desigualdad dependen en gran medida de políticas públicas sobre ingreso familiar y no del salario mínimo.
Guillermo Yañez
Director Escuela de Ingeniería Comercial Universidad Santo Tomás
Señor Director:
Si bien día a día el cuidado del agua cobra más importancia y despierta conciencias en países desarrollados y también entre organizaciones privadas, este recurso pareciera ser percibido por algunos segmentos de nuestra sociedad como un bien de uso privado. Incluso, en algunos casos con opciones de comprar el derecho a su uso, ejercicio que en la práctica se ha impuesto por sobre comunidades que lo han utilizado por décadas. Más allá de los muchos temas asociados a quién usa y consume el agua, es necesario considerar la educación que se incorpora sobre el uso, consumo y cuidado del agua desde niveles iniciales de nuestros niños y jóvenes. Fomentar en ellos hábitos de consumo sustentable, es ciertamente el primer paso para cautelar el derecho de todos a acceder y consumir este vital elemento, así como también asegurar su existencia para futuras generaciones.
Roberto García-Huidobro
Docente Escuela de Pedagogía en Biología y Ciencias Universidad Central