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Cartas

Cartas al Director

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 1 de septiembre de 2011 a las 05:00 hrs.

Felicidad y ciencia
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Señor Director:


La columna de Jeffrey Sachs y la carta de Pablo Beytía comparten un mismo punto de partida para hablar de la felicidad. Aunque cueste creerlo, plantean que podemos definir y medir el concepto de felicidad con suficiente precisión como para estudiarlo científicamente.

Una definición frecuentemente utilizada de la felicidad es: el grado con que una persona aprecia la totalidad de su vida presente de forma positiva y experimenta afectos placenteros. Esto quiere decir que la felicidad tiene niveles, es subjetiva, involucra afectos y pensamientos y se refiere a lo favorable o desfavorable de la totalidad de la vida actual. Si quisiéramos hablar de la felicidad como calidad de vida, tendríamos que decir que la felicidad es calidad de vida realizada en los ojos de la persona que vive esa vida. Esta definición de la felicidad excluye la calidad de vida potencial (como ser rico) y la calidad de vida objetiva (como un clima cálido). Bajo esta perspectiva, es posible explicar las paradojas de la vida real, por ejemplo que un millonario viviendo en Bahamas sea profundamente infeliz.

Para explicar la lógica y paradojas de la felicidad necesitamos medirla. La metodología estándar de medición consiste en solicitar directamente a las personas que auto-reporten su nivel de felicidad en una escala de varios niveles. La medición es simple y aunque no es perfecta funciona bastante bien. Para la mayoría de las personas resulta más fácil reportar su nivel de felicidad que su nivel de ingresos, la diferencia entre un bono y una acción, el valor de su patrimonio o cualquier otra de las muchas preguntas que típicamente incluyen las encuestas.



Esteban Calvo


Profesor Instituto de Políticas Públicas UDP


Libia
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Señor Director:


Durante mucho tiempo, Libia estuvo en una categoría de régimen peligroso para la convivencia internacional. Muammar Gaddafi era sospechoso de apoyar movimientos terroristas y de conformar, junto a Irán y Venezuela, sus aliados, una línea política que no era del todo bien vista por la comunidad internacional.

El dictador intentó en los últimos años “blanquear” su imagen, pero siempre quedaba alguna reserva que no le permitía integrarse totalmente a la convivencia de la comunidad. Hoy es su propio pueblo el que ha mostrado al mundo que las sospechas eran válidas. Los abusos, crímenes y excesos que han quedado al descubierto, empiezan a dar la razón a quienes apoyaron a los rebeldes. Lo que se ha evidenciado no es para mostrar ganadores y perdedores, entre quienes apoyaron y quienes protestaron por el ataque de la OTAN, sólo queda esperar que el pueblo libio se reorganice a partir de un gobierno que dé garantías, y que Gaddafi pueda ser llevado a un Tribunal.

El Norte de Africa debe recuperar la estabilidad y prosperidad histórica y su contacto con Europa debe permitir una rápida consolidación de sus regímenes políticos para sostener Estados viables en una zona que está aquejada por una crisis.

Para sus aliados, espero que recuerden el dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”.



Jorge Sanz J.



Profesor de Geopolítica Universidad del Desarrollo 


Plebiscitos
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Señor Director:


Cuando se discute sobre plebiscitos en lo más amplios ámbitos, la Contraloría General de la República resolvió, en base a la ley N° 18.695 sobre “Plebiscitos Comunales”, que las municipalidades no tienen la facultad para impulsar consultas en torno a emprendimientos privados. Un pronunciamiento que se gatilló, precisamente, por la acción de grupos ambientalistas contra el proyecto HidroAyén.

Pienso que la peor señal que podemos dar a la inversión y el desarrollo productivo es desconocer la institucionalidad y someter al arbitrio y la subjetividad de percepciones proyectos e inversiones que se evalúan.



Patricio Grez de Heeckeren


Carabineros
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Señor Director:


La señal que esta semana dio Carabineros, lejos de debilitar la fortalece: deja en claro que no aceptan ir en contra de la legalidad.



Jorge Paredes C.

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