Señor Director:
La interconexión del SIC y SING en el norte del país tendría como efecto, entre otros, el aumento del número de generadores con el consiguiente aumento de competencia y baja de precios de la energía, como lo han explicado autoridades de gobierno.
Es natural que las generadoras que operan en el sistema eléctrico de mayores precios se hayan opuesto a esta interconexión procurando defender los márgenes de su negocio; sin embargo, lo que parece inconsecuente es que se haya argumentado que la interconexión de sistemas eléctricos es materia que sólo puede nacer de la iniciativa privada, cuando al mismo tiempo, la misma generadora reclama una “política de Estado” que facilite la extensión del sistema eléctrico en la zona austral para hacer económicamente viable su proyecto en Aysén. Este doble estándar demuestra que si el objetivo es acceder a menores precios el asunto de mayor importancia es priorizar los esfuerzos que ayuden a desconcentrar el mercado eléctrico y no lo contrario.
Juan Ariztía Correa
Señor Director:
En la “Cumbre de los Pueblos”, paralela a la reunión de mandatarios de la Celec-UE, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), señora Bárbara Figueroa, manifestó a un medio de prensa que todos los trabajadores de Chile apoyaban la reivindicación marítima de Bolivia. Cabe recordar que en dicha ocasión estaba previsto que el presidente Evo Morales asistiera a esa Cumbre y fuera su principal orador, pero sorprendentemente, no concurrió.
Me gustaría consultar a la Sra. Figueroa si este apoyo irrestricto al compañero Morales fue a título personal o representa la opinión de la CUT. En caso de ser una decisión del directorio de la CUT ¿en qué sesión de directorio se aprobó tal medida? Y si hubo tal decisión, ¿no correspondería esta materia ser a lo menos consultada a los asociados de la CUT, a través de un plebiscito? Resulta curioso constatar como nuestros dirigente sindicales-gremiales pregonan por el mundo la necesidad de defender y promover la democracia y libertad de expresión, entre otros derechos, sin embargo, en materias sustantivas los trabajadores no somos considerados.
Estoy convencido de que un gran número de chilenos no aceptamos darle un ápice de mar a Bolivia. La Guerra del Pacífico la ganaron los soldados chilenos -que previo al conflicto bélico eran obreros, empleados, campesinos, profesionales, etc-. Muchos murieron por la defensa de su patria y de su honor. Al parecer, la historia de Chile es desconocida e irrelevante para la directiva de la CUT.
Francisco Devia Aldunate
Señor Director:
Comparto plenamente eso de que “Apoyar a las Mypes es trascendental para el desarrollo” (Columna “Mypes: emprendimientos con impacto social”, de Loraine Cistermas). Sin embargo, sostener o tratar de respaldar el artículo en general en cifras irregulares de 2006, 2008 ó 2010, me resulta absolutamente poco riguroso, poco profesional. Es evidente una falta de experiencia real en empresas, sólo divagaciones académicas.
En Chile existen 1.700.000 personas, independientes, que se definen como Mypes. Realmente son informales, vendedores callejeros, saltinbanquis que viven del Estado y disipadores, informales que no empujan la economía real y que resultan en una competencia absolutamente negativa e imperfecta para los empresarios formales (unos 800.000).
Esos mal llamados Mypes viven del Estado y de los fondos sociales a través de subsidios, ficha Casen y otros, no formalizando nunca sus ingresos, sin generar empleos, impuestos, patentes u otras actividades económicas.
Es una lástima que llevemos 50 años realizando análisis y diagnósticos académicos sobre las Mypes y el emprendimiento, sin ninguna profundidad ni contenido. ¿Dónde están las políticas públicas innovadoras del emprendimiento real en Chile? ¿En hacer una empresa en un día? Tenemos sólo gurúes teóricos del emprendimiento, académicos, ya que los empresarios reales estamos trabajando y dando empleo.
Raimundo Jaramillo Rodríguez , Socio TEBSA & PARTNERS