Señor Director:
Asumidas las pérdidas que se estiman históricamente cuantiosas por las heladas que han azotado entre las regiones IV y VII, la pregunta que cabe a los agricultores es ¿qué hacer ahora? Esta pregunta debiera responderse por grupo de especies o rubros.
Es así como en el caso de los frutales de hoja caduca afectados, el daño para la presente temporada no tiene solución y lo que queda es enfrentar la temporada de una forma racional en que se debe pensar en que los requerimientos nutricionales e hídricos serán menores en relación a una condición en que los huertos tuvieran carga frutal. En el caso de las hortalizas y cultivos, se requiere evaluar rápidamente la intensidad de los daños y seguramente, lo más recomendable es realizar lo antes posible el replante o resiembra. En el caso de otras especies como frutillas, donde también se produjeron daños a nivel de los órganos reproductivos y vegetativos y aunque las plantas no se quemaron totalmente, se ha observado que los tejidos dañados podrían facilitar la entrada a enfermedades, razón por la cual, se debieran realizar aplicaciones preventivas.
Este duro episodio, que seguramente es el más severo en los últimos 40 años, debe servir de aprendizaje, en relación a los criterios técnicos, como económicos que se deben tomar en cuenta.
Existe la probabilidad de que estos eventos de invierno-primavera sean más frecuentes, por esto es necesario considerar el contrato de seguros como una herramienta clave. A su vez se debiera desarrollar y considerar un modelo climático que permita evaluar la probabilidad de ocurrencia de heladas que justifiquen la inversión en sistemas de protección para superficies de menor envergadura que las actuales y, posiblemente, para especies que actualmente no se protegen.
Por último, los agricultores debieran contar con una dotación de agua para regaren condiciones de riesgo de ocurrencia de heladas desde los primeros días de septiembre.
Javier Núñez E., Académico Agronomía Universidad Santo Tomás
Señor Director:
Chile es el mejor país para que las mujeres emprendan y tiene que ver con que acá están dadas las mejores condiciones para que las personas emprendan: bajo riesgo macroeconómico, mínima vulnerabilidad a la corrupción, ambiente de negocios positivo, acceso y uso de tecnología, entre otros aspectos. Sin embargo, el acceso al financiamiento de las mujeres emprendedoras es bajo. Muchas no logran escalar porque no son emprendimientos dinámicos de alto impacto. Esta es una realidad no sólo en Chile, ya que fue un tema analizado en profundidad en los talleres de trabajo sobre Acceso al Capital en el marco de un encuentro APEC, realizado en Bali.
En países como el nuestro no parece haber discriminación en la participación en el mundo de los negocios. Sin embargo, los emprendimientos femeninos “no llegan” a jugar en ligas mayores. Muchas veces estos emprendimientos surgen por necesidad más que por oportunidad. Necesidad de procurarse ingresos a la vez que conciliar con responsabilidades familiares. ¿Razones? Puede ser excesiva aversión al riesgo, moderada ambición, intentando “equilibrar” familia y trabajo, y si busco las razones más de base, me parece que se centran en dos ámbitos: educación y cultura. Educación que permita superar barreras culturales, que haga que las personas, especialmente las mujeres, “se crean el cuento”, se atrevan, y que permita adquirir las competencias necesarias para el trabajo, ya sea por cuenta propia o no.
Amparo Carmona , Socia Directora de BC&B
Señor Director:
Según las teorías de moda los países fracasan porque no son capaces de constituir instituciones sólidas. Gracias a Dios en Chile tenemos la solidísima y todopoderosa institución del presidente de la República porque de ahí para abajo el despeñadero…
Gabriel guiloff