Señor Director:
El presidente Piñera parece ser más listo y astuto que cualquiera de sus predecesores desde 1990, mostrándose como un experto pragmático. Sabe ganar votos, jugando sus cartas en el momento oportuno y asegurando así un lugar en la historia como gran centroizquierdista y, de paso, ganando más votos para sus colaboradores en la próxima elección.
Dar un bono de $ 40.000 a las clases baja y media es ingenioso. Siendo un neoliberal, no estoy de acuerdo, pero debo reconocer la astucia del presidente en su acción. Él no quiere solamente los futuros votos y aprobación de los pobres sino de la gran masa de la clase media, más numerosa ahora que cuando asumió su papel presidencial. Candidatos como Golborne pueden beneficiarse, recordándoles a los votantes que participaron de este fabuloso gobierno y su “milagro” económico. La vasta mayoría de votantes chilenos perciben muy pocos beneficios personales del Estado, y estarían dispuestos a votar por el partido o candidato que los favorece con bonos. Ellos se preguntarán “¿Quién es más probable que me entregue un bono en la próxima administración: Bachelet o Golborne?” o “¿Cuál de ellos es más plausible que baje mis impuestos y genere más y mejor empleo?”
Deseo que Chile sea aún más libre que ahora, eligiendo un candidato realmente liberal en vez de alguien pragmático.
John Cobin
Académico Universidad Andrés Bello
Control de armas
Señor Director:
Preocupa la gran cantidad de armas de fuego de que dispone la delincuencia y hoy se propone que el Estado compre las armas a particulares para evitar que caigan en manos del hampa.
Si quisiéramos realmente solucionar el problema de la tenencia de armas de fuego por los delincuentes, lo mejor es lo más directo y actuar en relación al que tenga las armas y haga mal uso de ellas. Se debería poner el cascabel al gato directamente y urgentemente cambiar la legislación, de tal forma que quien porte un arma de fuego o artefacto explosivo no inscrito y sin la debida autorización, sea de inmediato sancionado con una fuerte multa económica y con pena mínima de reclusión preventiva inmediata sin mediar juicio alguno, en especial si se encuentra involucrado en un acto delictual y es detenido. Lo demás es pisarnos la cola y entrar en un laberinto sin resultados y sin solución con preciosismos y resquicios que han sido un fracaso reiterado en el tiempo para controlar este problema en nuestra sociedad.
José Manuel Caerols Silva
Señor Director:
Hace unos meses, el gobierno envió al Congreso el proyecto que modifica la Ley N° 19.799 sobre documento y firma electrónica, el que tiene por objetivo remover las trabas que han impedido el mejor desarrolló de la firma electrónica y dotarla de los mecanismos necesarios para incentivar su uso en la población.
A través de este proyecto, el gobierno espera promover la digitalización documentaria en Chile y permitirá autorizar firmas de documentos privados sin intervención de un notario. Pero, pese a sus beneficios inmediatos, como ahorro de papel, tiempo, disponibilidad inmediata todos los días del año, y menores costos administrativos, la firma electrónica aún no da el salto definitivo hacia la masificación en Chile. Esto se podría deber a la falta de conocimiento de los múltiples beneficios que ella trae aparejados.
Pero sin lugar a dudas la modificación que generará mayor impacto en el ecosistema socioeconómico del país es que los documentos electrónicos con firma electrónica avanzada y sellado de tiempo tendrán el mismo valor legal que aquellos en papel autorizados ante un notario, lo que se traduciría en un ahorro cercano a US$ 400 millones anuales.
Lamentablemente en el año 2002, Chile tomaba la delantera reconociendo y normando esta tecnología disruptiva, pero por casi diez años la firma electrónica quedó en el patio trasero, sin apoyo gubernamental, viendo cómo el comercio electrónico aumentaba en cifras de dos dígitos y el país desaprovechaba sus ventajas. Ahora es el momento de corregir esa situación e intentar recuperar el tiempo perdido.
Alfredo Guardiola
Gerente General de Paperless