Impuestos y OCDE
Señor Director:
A diario escuchamos a nuestras autoridades referirse a las estadísticas de la OCDE para justificar un alza tributaria determinada o la implementación de un nuevo tributo recomendado por dicho organismo. Más allá de no compartir la idea de que organismos extranjeros vengan a decirnos o imponernos las reglas que se deben aplicar en nuestro país (desconociendo las particularidades de cada región), sería conveniente la presencia de una mayor consistencia en el debate existente en torno a la reforma.
En efecto, si la decisión es guiarse por los estándares de los países miembros de la OCDE, sería también importante entonces revisar no sólo las tasas impositivas aplicables, sino que también los gastos que se permiten deducir en cada una de dichas jurisdicciones.
A modo de ejemplo, en un informe emitido por la OCDE durante este año (Taxing Wages 2014) se señala que Chile y México son los únicos países de la OCDE que no discriminan entre los contribuyentes solteros y aquellos casados y con hijos, a pesar de que obviamente los niveles de gastos en ambos casos no son comparables, produciendo de esta manera una gran inequidad en desmedro de las familias de Chile.
En nuestras autoridades se encuentra la oportunidad de generar una reforma tributaria ajustada a la realidad de nuestro país, corrigiendo por ejemplo este tipo de inequidades y protegiendo de esta manera a las familias, base de nuestra sociedad y del futuro de Chile.
Arturo Le Blanc C., abogado .
Desempleo y actividad económica
Señor Director:
La tasa de desempleo en Chile alcanzó en el trimestre móvil enero-marzo un 6,5%, sobre las estimaciones de mercado. Durante los últimos meses se ha apreciado un empeoramiento de la calidad del trabajo toda vez que ha aumentado el empleo por cuenta propia, y ahora de manera brusca, vemos como el desempleo aumenta, principalmente debido a la desaceleración económica (Imacec en declive hasta llegar a crecer en febrero un 2,4%).
Es probable que durante los próximos meses el desempleo en Chile aumente a 6,7%-6,8% para posteriormente, entrada ya la primavera, cambiar a mejores números, toda vez que no exista un deterioro mayor en la economía.
Diversos indicadores nos alertan sobre la disminución de la inversión (importaciones de bienes de capital, entre otras), debilitándose los sectores productivos, y prontamente el consumo ya entrado el segundo semestre, sobre la base de cierta mejora en la tasa de empleo.
La economía chilena debería crecer algo más durante el segundo semestre, a fin de compensar el debilitamiento de estos meses, para aun así terminar el año con un crecimiento en torno al 3,3%-3,4% (bajo lo esperado por el Banco Central y bajo las expectativas del mercado).
Para que exista este esperado “repunte” económico durante la segunda mitad del año, y así mejorar la tendencia del desempleo, es fundamental el escenario económico mundial: China y su crecimiento, Europa y su estabilidad económica y geopolítica, entre otros.
Asimismo, hay que tomar en cuenta el escenario económico nacional, como las políticas fiscal y monetaria (la inflación también ha aumentado hasta un 3,5% en marzo, último dato al escribir estas líneas).
He aquí un punto clave, una disyuntiva interesante: si la economía se desacelera, pero la inflación va en aumento, no es tan sencillo aplicar una política monetaria expansiva, ya que ésta generaría inflación, y si es contractiva no fomentamos el crecimiento, aunque sí cautelamos las variaciones del nivel de precios. Por lo mismo, haga lo que se haga, se tendrá un efecto positivo y negativo, o en el crecimiento (empleo) o en la inflación.
Veremos durante las próximas semanas el desenlace, toda vez que otras variables, más políticas, se están entrecruzando a las más técnicas y alineadas con el crecimiento.
Piero Moltedo Perfetti , Director Académico Universidad Santo Tomás, Viña del Mar.