Reforma tributaria I
Señor Director:
En una reciente conferencia sobre la reforma tributaria, los senadores Hernán Larraín (UDI) y Andrés Zaldívar (DC) expusieron sus posturas al respecto, lo que permitió constatar la convergencia en un eje central de la discusión: mejorar la distribución del ingreso en Chile es una urgencia para mantener la cohesión social y sentir que cuando el país crece económicamente, ganan todos los ciudadanos.
El senador Larraín planteó la necesidad de una discusión franca y racional, tendiente a buscar acuerdos, y manifestó que las estructuras tributarias no pueden depender de las intenciones del gobierno de turno, sino que deben ser estables en el tiempo.
Por su parte, el senador Zaldívar se pronunció por la necesidad de lograr el mayor consenso posible, sin cerrarse a la discusión y llamó a prescindir de lo accesorio para enfocar el debate nacional respecto de lo central de la reforma tributaria.
Y lo central de este cambio de fondo, es que la ciudadanía se pronunció mayoritariamente en diciembre pasado por un programa de gobierno con esta reforma tributaria que tiene por objetivo recaudar un 3% adicional del PIB, porque quiere tener acceso a derechos garantizados, como la educación, igualitaria, gratuita y de calidad.
Por tanto, la discusión central trasciende lo meramente económico, para instalarse en el corazón del debate político.
Al margen de sus posturas divergentes, el mundo político parece estar de acuerdo en que la reforma es necesaria. Al menos eso quedó en evidencia tras escuchar a Larraín y Zaldívar, quienes independiente de sus afluentes, coinciden en un mismo río que oxigena la discusión y le entrega altura de miras en pos de la implementación de una nueva política impositiva, moderna y con inclusión social.
Roberto Castro Tapia , Decano Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad Central
Reforma tributaria II
Señor Director:
Preocupa la convicción del gobierno de ser poseedor de la verdad absoluta, despreciando opiniones tan valederas tanto las provenientes de ex personeros de fuste del mismo conglomerado político, como de importantes segmentos del quehacer nacional.
Tamaña soberbia, solo augura futuras pesadillas.
Eduardo de la Barra
Seguridad energética nuclear
Señor Director:
El Programa Nuclear 30/30, propuesto por el Comité de Energía Nuclear del Colegio de Ingenieros de Chile, considera la puesta en operación, entre los años 2020 y 2030, de 4 reactores de 1250 MWe cada uno, con una capacidad instalada conjunta de 5.000 MWe. Estos 4 reactores nucleares requieren para su operación conjunta en un año, del orden de 120 toneladas de combustible nuclear que serán transportadas, en un solo viaje, por un buque de 5.000 toneladas. ¡Con 240 toneladas de combustible nuclear habría abastecimiento asegurado para dos años!
En cambio, si estos 5.000 MWe fuesen generados por plantas a carbón o gas, requerirían para su operación en un año, un abastecimiento de 15 millones de toneladas de carbón o gas que serían transportados por 100 buques de 150.000 toneladas cada uno. Bastaría un periodo largo de fuertes marejadas para que estos buques no pudiesen descargar el combustible afectando gravemente el abastecimiento eléctrico de Chile.
¡Las cifras son contundentes y convincentes! El país debe prepararse, a la mayor brevedad, para construir los reactores nucleares propuestos de acuerdo a los lineamiento de la Agencia Internacional de Energía Atómica, IAEA, de Naciones Unidas, que permitan asegurar un adecuado abastecimiento eléctrico en una matriz eléctrica integrada por hidroelectricidad, energía nuclear, ERNC, gas y carbón.
Fernando Sierpe V., Coordinador del Comité de Energía Nuclear, Colegio de Ingenieros de Chile