Click acá para ir directamente al contenido
Cartas

Cartas al Director

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 26 de febrero de 2013 a las 05:00 hrs.

Allamand v/s Golborne
Subir


Señor Director:
Lo invito a hablar de primarias. Al parecer, no les ha resultado fácil ponerse de acuerdo a Allamand y Golborne en algunos temas, en especial cuando han hablado de hacer debates. Mientras el candidato UDI quiere entre tres y cuatro, el de RN quiere quince, ahí ya tienen un problema de cantidad. Cuando Golborne dice que "no está para sentarse con los mismos de siempre para hablar lo mismo de siempre, que prefiere hablar con la gente"; mientras Allamand sí quiere debates cara a cara, se percibe su sangre más política que la de su contendor; ahí tienen un problema de oportunidad. Desde sus orígenes, ya parten diferentes: Golborne es un administrador de siempre aprendiendo a nadar en el mundo político; a su vez Allamand, un "animal político" desde el liceo, que no quiere tirarse a la piscina del marketing con su oponente. Los "managers" de ambos tendrán que buscar un escenario donde ambos se sientan cómodos.
Para los partidarios de ambos debiera ser preocupación el hecho de que estos roces no desgasten la relación entre ambas tiendas políticas, porque finalmente uno debiera colocar su nombre en el voto y el otro transformarse en su jefe de campaña  para llegar a La Moneda, salvo que los designios políticos digan otra cosa.
Luis Enrique Soler Milla


Promesas de campaña
Subir


Señor Director:
Si no se apura, el gobierno no podrá cumplir las promesas de campaña que a mi modo de ver son muy importantes. El presidente en su campaña prometió terminar con los Multiruts, pero hasta el momento no se ve ningún adelanto. Prometió terminar con el desorden en la administración pública, pero todavía existen empleados de planta, a contrata y a honorarios y, por último, prometió que no se despediría a nadie dentro de la administración pública y a mi me consta que ha sido despedida una buena cantidad de empleados.
PEDRO PABLO MOLINA WOOD


Hackeo ético
Subir


Señor Director:
La práctica del ethical hacking o hackeo ético comenzó en Chile hacia 2002, de la mano de las entidades financieras preocupadas por la seguridad de sus sistemas y la privacidad de sus clientes. Tras el boom de los ataques informáticos de 2006, donde fue hackeado el Registro Civil, entre muchas otras entidades públicas y privadas, el hackaeo ético no sólo se ha masificado en el país, sino también ha comenzado a ser una estrategia aceptada en diversos sectores. Y es que una intromisión puede acarrear enormes daños y pérdidas, no sólo en lo financiero, sino en la imagen. Esto, porque la relación de confianza entre la organización y sus usuarios se rompe, lo cual es muy difícil de restituir.
El hackeo ético es una serie de pruebas que el consultor realiza pretendiendo ser un hacker que quiere traspasar cualquier barrera de seguridad en los sistemas computacionales de una entidad. Así, es posible saber dónde están las vulnerabilidades, cuáles son y de qué manera pueden enfrentarse y mitigarse. Lo ideal es que estas prácticas sean parte de una política corporativa de seguridad con un presupuesto establecido, ya que dichas pruebas deben hacerse de manera periódica. Existen empresas especializadas para entregar ese servicio, con certificaciones que acreditan los conocimientos necesarios. No obstante, debe entenderse no sólo como un requerimiento, sino como una inversión.
Pablo Soto Arias
Jefe de Servicios Pre y Postventa de Makros


Emprendimiento
Subir


Señor Director
Un artículo sobre nuestra economía manifiesta necesario que el Estado facilite la apertura de oportunidades para la gente, implicando mejor funcionamiento de los mercados. En términos prácticos, ello significa menos burocracia, más libre competencia, educación de mejor calidad, adecuada infraestructura. Impulsar tales requerimientos depende de las corrientes políticas predominantes, que han tendido más a respaldar a determinados sectores -el clientelismo- en vez de apoyar innovaciones favorables a la mayoría de la gente. Hasta ahora, ha resultado popular el asistencialismo estatal, pero creo que la falta de auténtico progreso y buenas perspectivas alineará al aliancismo con la mayoría que prefiere más y mejores oportunidades.
Patricio  Farren  Cornejo

Te recomendamos