Señor Director:
Tras su eclosión en EEUU, el año 2008, la crisis que nació en el mundo desarrollado, se extendió por el sistema financiero internacional, colapsando al mercado interbancario. Todo ello condujo a una severa restricción de liquidez, con efectos sobre el conjunto de la actividad económica de numerosas naciones del orbe. Las autoridades monetarias trataron de revertir durante algo más de 4 años, esta situación con medidas extremas como la inyección de liquidez sin parangón en la historia, el apoyo al saneamiento de los balances de las entidades, la garantía de sus depósitos y deudas e, incluso, la compra de activos.
Es más, el programa de flexibilización cuantitativa, que empezó a operar en Septiembre de 2012, como una herramienta clave para mejorar la economía local y, especialmente, fortalecer el empleo. Aun cuando pareciera ser que se ha conseguido contener el deterioro de los mercados financieros norteamericanos, los mercados emergentes enfrentarán un nuevo escenario en el cual al menos se podrá vislumbrar una merma en el financiamiento en dólares en las economías emergentes lo que tarde o temprano impactará a las bolsas locales y en segunda derivada generaría una disminución en la presión a la apreciación de los tipos de cambios.
Las menores entradas de capitales influirán qué duda cabe en la nostalgia que en muchas regiones se harán sentir por la plata dulce que venía del norte. En la medida que se hayan articulado medidas macroprudenciales fiscales y monetarias, el fin de los estímulos monetarios de la Fed, solo será una brisa para los mercados.
María Eliana Rojas
decana de Ciencias Empresariales de la Universidad Autónoma
Señor Director:
Aun cuando Chile ha ratificado convenios de protección a la maternidad y responsabilidades familiares, y a propósito del debate en torno al envío del proyecto de ley que amplía el derecho a sala cuna a empresas con sobre 20 trabajadoras, quisiera fijar la atención en aquel amplio espectro de mujeres insertas en trabajos precarios, como temporeras de la fruta, trabajadoras dependientes sin contrato -como muchas empleadas domésticas actualmente- y trabajadoras “a domicilio”, entre otras.
Todas ellas han quedado al margen históricamente del acceso a este derecho. En el caso de la agricultura de exportación, a pesar que muchas trabajan en medianas o grandes empresas, sobre todo en las cosecha y packing, el embarazo es “castigado” y es motivo de exclusión del mercado laboral. Además ocurren desigualdades territoriales, pues en regiones y zonas rurales la red de salas cunas privadas es escasa.
La universalidad del derecho debe ser abordada para garantizar la igualdad y no discriminación, lo que implica diseñar alternativas inclusivas en todo el sentido del término. Es decir, sala cuna para hijos/as de madres, pero también de padres trabajadores, dando una señal a la necesidad de avanzar en el cambio cultural de la corresponsabilidad parental en el cuidado infantil. Que incluya a quienes laboran en empleos precarios, con contratos atípicos o sin contrato. Finalmente, con participación del Estado, tanto en el financiamiento como en la fiscalización de la calidad.
Pamela Caro
Directora Centro CIELo Universidad Santo Tomás
Señor Director:
Absolutamente de acuerdo con la carta Parques en Santiago del sr. Marcelo Lucero. Hace sólo dos meses estuve en el sur de Chile -Lautaro, Capitán Pastene, Curacautín,Temuco, entre otros-, y viendo las plazas y parques de todos esos lugares pensé inmediatamente en la necesidad urgente de instalar los mismos equipos de ejercicios que están instalados en las plazas de varias comunas de Santiago. Esa importante labor debería realizarla el Ministerio del Deporte en combinación con los municipios respectivos, como primera prioridad para que todos los chilenos podamos practicar deportes a diario con ejercicios que van a transformar nuestras vidas en saludables, activas y más alegres. Es importante pensar que varios de esos municipios necesitan aportes especiales del Estado para poder realizar tan importante labor.
PEDRO PABLO MOLINA