Señor Director:
Se discute en el Congreso una ley que regirá el futuro de la pesca. Varias propuestas -medidas de manejo pesquero basadas en ciencia, obligatoriedad de planes de manejo, enfoques precautorio y ecosistémico- apuntan en la dirección correcta. Su implementación exigirá esfuerzos económicos de los pescadores, tripulaciones, trabajadores de plantas e industria en general. Afectarán la billetera y por lo tanto serán resistidas.
Si creemos que la sustentabilidad de las pesquerías es posible, entonces debemos financiar la transición de las pesquerías sobrexplotadas. El proyecto debiera considerar la creación de una institución financiera que, en base a planes de manejo sustentables y creíbles, entregue préstamos a los usuarios de las pesquerías para que las medidas de conservación se implementen efectivamente. Estos préstamos debieran garantizarse contra el valor futuro de los stocks recuperados, y debieran pagarse una vez que se logre cierto mínimo de rentabilidad, permitiendo que el capital original se reinvierta en la pesquería.
Las propuestas sociales que la Subsecretaría de Pesca propondrá (becas, capacitación para reinserción) han perdido la visión de sustentabilidad. Lo que realmente producirá cambios positivos y duraderos será la inversión onerosa en la transición a la sustentabilidad de las pesquerías, que dan empleo y permitirán recuperar los millones hundidos por el mal manejo pesquero.
Mauricio Gálvez
Programa Pesquerías Sustentables WWF Chile
Señor Director:
Una falacia lógica es una afirmación presentada como verdadera, pero que es verdadera sólo en apariencia. Y a ratos la discusión del litio, y cómo ésta se ha conducido, serviría como ejemplo de falacias.
Nuestra preferencia por la más básica de las falacias, el “argumento ad hominem” o rebatir una posición desacreditando a las personas que la defienden, todavía nos quedan un par de falacias más que sustentan cada posición.
Una personal es la dicotomía falsa, el reducir arbitrariamente un grupo de muchas posibilidades a sólo dos. Volvemos insistentemente al falso dilema si la explotación debe ser por la vía de la nacionalización o de la privatización. El gran problema no es éste, sino que, si creemos en que nuestro Estado es capaz de asumir una negociación en términos de igualdad con los capitales privados y si puede asegurar que los beneficios se distribuyan de una forma que convenza como sociedad.
Nos guste o no, la explotación del litio está actualmente privatizada. Nos estamos concentrando en los CEOL, que como su nombre lo dice, son casos especiales. ¿No valdrá la pena poner un poco de atención en estos contratos vigentes, sus términos, y, por sobre todo, su vencimiento y cómo vamos a seguir manejando este recurso en adelante como país? Aquí volvemos a punto anterior, y al origen de la polémica: actuaciones donde el Estado como garante ha puesto las reglas, ha tizado la cancha, y ha salido segundo. Y ante esta situación, la mejor solución parece que no es privatizar o nacionalizar el litio, es tomárselo.
María Loreto Ferrari.
Directora Escuela de Negocios de AIEP
Señor Director:
No está indecisa, como dicen. Bachelet es candidata, en modalidad semipresencial.
José Luis Hernández Vidal