Cartas

Cartas al Director

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Reforma constitucional I

Señor Director:
No creo que sea seriamente atendible todavía el anuncio de nuevo "proceso constituyente" anunciado por la señora Presidenta la tarde del día 28 de abril en Cadena Nacional.
Pero sí podemos atender a los otros anuncios respecto a la regulación electoral, los que eran centrales en el mensaje. Y sobre ellos, lo primero que debemos comentar es que la Mandataria puede estar muy agradecida de que la Ley, sobre todo la penal cuando tipifica nuevos delitos, no sea retroactiva, pues de lo contrario sus recientes anuncios no serían sino tiros por culata. Lo segundo, debemos manifestar nuestra indignación ante el hecho de que, a mayor número de congresistas, ahora tendremos que pagar sus campañas y reelecciones, para mayor abundamiento del agravio. Y finalmente, los partidos, que antes eran considerados como instituciones a medio camino entre la Sociedad Civil y la política, ahora serán serviles a los intereses exclusivos de la política, bajo el manto apaciguador de la "democratización".
Tiendo a pensar que, como ya es costumbre, el anuncio final de "proceso constituyente" fue nomás una cortina de humo para desviar la atención de todas los graves cambios antes expuestos.

Joaquín Rodríguez Droguett, Analista del Círculo Acton

Reforma constitucional II

Señor Director:
La futura y garantista Constitución Política será la perdición para Chile, como lo ha sido el engendro estatista del Transantiago, para los santiaguinos y las finanzas públicas del país. Nos vamos a transformar en otro país mediocre de Latinoamérica.

Juan Eduardo Morales Veas

Día del Trabajador

Señor Director:
En el estudio "Diversidad Cultural y Meritocracia: hacia mercados laborales inclusivos" que Acción realizó en marzo pasado, y que recogió las percepciones de los trabajadores sobre cómo consideran que somos los chilenos en el trabajo, las principales características señaladas fueron "individualista, competitivo y aperrado", seguidas por "trabajólico", "sacador de vuelta" o "irresponsable". Estos adjetivos nos hablan de que los propios trabajadores han hecho suya una medida estrecha y reduccionista para calificarse a sí mismos y al otro.
El lugar de trabajo se dibuja entonces como un espacio donde las personas no van a cultivar relaciones en torno a un objetivo común sino más bien una carrera de alta competencia que debe ser corrida con la misma celeridad que se cumplen los objetivos.
Habitualmente, cuando hablamos de calidad en el mundo empresarial, dejamos de lado el cómo se llegan a producir las cosas que consumimos, cuáles son las relaciones entre los seres humanos que hay detrás de esa producción, sus gustos, sus preferencias, es decir, todo aquello que los hace finalmente, personas, seres únicos puestos al servicio de la resolución de necesidades que son de todos y que sin el trabajo mancomunado, no podríamos satisfacer.
El lado negativo de esta "cultura" es que los trabajadores establecen relaciones estrictamente instrumentales e individuales con su trabajo, sin un real compromiso con una obra colectiva. Los hechos nos muestran que la empresa del futuro, la que apuesta por la sustentabilidad, contempla la calidad de vida de sus trabajadores como uno de sus objetivos, y está lógica "de desempeño productivista individual" cedió terreno ante la lógica de compromiso mutuo, que es la única que facilita la colaboración y la innovación en ambientes laborales satisfactorios.
Por ello, en este Día del Trabajador, Acción reitera su apuesta a que las empresas más exitosas son aquellas que se han transformado a sí mismas en espacios de vanguardia en materia de valoración de la diversidad, porque la experiencia internacional es clara en mostrar que la diversidad es un motor para promover la competitividad en las empresas y especialmente es un imán para atraer talento. No olvidemos que las nuevas generaciones aspiran a vivir bajo la aceptación de su singularidad.

Ignacio Larraechea, Gerente general de ACCIÓN

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