Señor Director:
Numerosos candidatos presidenciales han expresado su intención de llevar a cabo reformas tributarias de envergadura en orden a captar más recursos públicos, esto con el fin de invertir en una mejor educación para los chilenos.
En cambio, muy poco -por no decir casi nada - se ha explicitado en cuanto a qué planes específicos se implementarán para mejorar la calidad de los educandos, para incrementar la calidad de los educadores, para reformar y optimizar los planes de estudio y, por último, para mejorar la infraestructura en que se imparte la educación. Lo anterior en particular en el campo de la educación pre-escolar, básica y media, que es donde existen las mayores deficiencias.
Cabe recordar el denominado informe Massad, que puso de relieve que en el período 1990-1995 el gasto público per cápita en Salud se había duplicado, en circunstancias en que las prestaciones valoradas al público prácticamente no habían sufrido variación. Esto es que el Estado gastaba el doble sin resultados tangibles.
Chile no se puede dar el lujo de hacer el sacrificio económico que las reformas tributarias planteadas significan en términos de empleo y crecimiento, sin asegurar paralelamente en forma rigurosa que el esfuerzo exigido al país produce los resultados que se comprometido en tanto mejora del proceso educacional.
Pedro Villar Iroumé
Señor Director:
Empieza el frío y el problema de la contaminación ambiental nuevamente surge como noticia recurrente en la prensa. Los episodios de “alerta” y de “preemergencia ambiental” son pan de cada día en invierno, ante los peligrosos niveles de contaminación que exhiben las principales ciudades del país.
Pese a la gravedad del problema, muchos vecinos siguen prendiendo sus estufas y chimeneas a leña, en circunstancias que la combustión de este energético es la que genera la mayor emisión de material particulado fino (PM2,5) -el contaminante más dañino para la salud de la población-, según lo ratificó el primer Informe sobre el Estado del Medio Ambiente presentado por el gobierno en 2011.
Propongo “tolerancia cero” para los calefactores a leña, y no sólo en los días de episodios críticos, sino que de manera permanente. Considerando que uno de los principales problemas de la contaminación del aire en varias ciudades del país lo provocan los sistemas de calefacción basada en estufas a leña, sería perfectamente posible exigir que se reemplace dicha fuente y promover el uso de combustibles menos contaminantes para estos fines. Creo que es el momento para que los sectores acomodados hagan un esfuerzo y piensen en los demás cuando decidan qué tipo de calefacción utilizar en sus hogares. Aquí está en juego la salud de todos.
Pablo Moreno , Ingeniero de proyectos Centro de Sustentabilidad UNAB
Señor Director:
Pese a los estereotipos, el sistema de subcontratación en muchos casos es beneficioso para el trabajador. Según el INE, el 16% de los trabajadores asalariados públicos y privados son subcontratados en el período marzo-mayo 2013.
Desde el punto del vista salarial, gradualmente el trabajador subcontratado ha visto aumentar su sueldo, el que en muchas ocasiones es superior al de los trabajadores internos de la empresa para la que presta servicios. Para los trabajadores de planta operan reajustes de sueldo anuales según IPC, mientras que para los subcontratados impactan las condiciones del mercado, hoy cercanas al pleno empleo, que elevan sus salarios. Sin embargo, esto no sucede cuando empresas mandantes optan por la subcontratación como una vía para abaratar costos. Esto ocurre cada vez menos en condiciones de empleo actuales, pero esas mandantes deben estar conscientes que en la selección de sus contratistas está involucrada su responsabilidad social e imagen pública.
Otro beneficio para el trabajador, especialmente si labora para un contratista con diversas empresas clientes, es que favorece su estabilidad laboral. Si concluye su trabajo y se ha desempeñado bien, es muy probable que sea reubicado en otra empresa.
Cristián Carvajal , Gerente comercial GrupoExpro