Señor Director:
Que mis palabras no sean leídas en forma errada. Rechazo los actos violentos que han afectado a familias de La Araucanía, siento profundo respeto a las víctimas, es inaceptable la violencia y persecución de unos pocos dirigen amenazando a gente honrada, grandes, medianos y pequeños emprendedores cuyas familias son víctimas de un creciente temor. Entiendo el dolor y la ira que eso provoca, así lo siento. Estos actos debe ser castigados y aplacados con toda la fuerza del Estado y que permitan las leyes.
Considero que esta situación no habría llegado a estos límites si, cuando 20 años atrás empezaron estos movimientos de tomas y acciones violentas, la respuesta del Estado hubiera sido clara y directa, respaldando a la acción de Carabineros y otras fuerzas de seguridad del Estado. Destinar recursos a compra de tierras validó la violencia en torno a las tierras. El Estado fue negligente en la defensa a los derechos de las personas y el derecho de propiedad.
Todos los habitantes del Estado de Chile están sujetos a su ordenamiento jurídico y sus tribunales y fuerzas de orden y seguridad deben contar con la entereza, fuerza y respaldo para aplicarla. Sin embargo, hay que tener claro que los sectores más extremos del movimiento desconocen la legalidad del Estado en su origen, desde la Constitución de 1833, el Código Civil de Andrés Bello, y otras normas ya centenarias en adelante.
Esta reflexión pretende establecer que si la aplicación de un régimen de “Tolerancia Cero” no va unido a una Política Pública inteligente que, respetando la identidad de cada etnia, le muestre a su vez los caminos para su desarrollo cultural, económico y social, dentro del ordenamiento del Estado de Chile. No por esto se debe dar una señal de debilidad, sino que son caminos paralelos que deben canalizar la inquietud de una etnia por los caminos institucionales, no con el ánimo de darles un bono (o una “píldora”), sino con hechos concretos que aislen a la minoría violenta y rescaten a la mayoría. Destacando lo positivo encontraremos los caminos institucionales adecuados.
Esteban Rodríguez Pinto
Abogado
Señor Director:
Los desmanes en el sur suman y siguen. Luego del cobarde asesinato de una familia quemada en su propia casa la primera semana de enero, han continuado las quemas de construcciones rurales y una escuela. La impunidad consecuente de la ineficacia del Estado de Chile para resguardar la vigencia del Estado de Derecho, de la vida y los bienes de los ciudadanos y del orden público, sigue.
Los señores ministros nuevamente se reúnen en Temuco, siguen haciendo rimbombantes declaraciones “amenazando con imponer el orden y la ley”, que debería imponerse por sí sola, por el solo hecho de existir, para lo cual no es necesario de que ellos vayan a Temuco. Todo será inútil mientras no exista la clara voluntad política de hacerlo, pero además de hacerlo con inteligencia.
DARÍO TORREALBA A.
Señor Director:
Que luego de los inenarrables asesinatos en la Araucanía, se discuta con urgencia las reivindicaciones mapuches, me parece se está dando una aciaga señal, error repetido ad nauseam en el siglo XX: la violencia paga…
Gabriel Guiloff
Señor Director:
La gran mayoría de las personas, sino todos, estamos por proteger a los animales, pero que pena que da el espectáculo de Punta Arenas.
Está bien defender a lo animales, pero llegar a protestas, destruir parte de una iglesia y, en definitiva, llegar a la violencia es ridículo y de gente con escaso nivel cultural. Como se nota que nunca han sido mordidas por un perro vago o ¿ya no se acuerdan de la jauría que atacó a un hombre en Valparaíso y casi lo mata? y otros tantos ataques que se han venido sucediendo en ciudades en donde el “libertinaje” de los perros es atroz.
No pues, muy lindos serán los perritos, pero primero está el hombre y después el animal.
Rodrigo Zañartu