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Empresas estarían al límite para endeudarse ante cambios tributarios

firmas verían recortadas sus posibilidades de financiamiento, además, ante menores créditos e imposibilidad de utilizar la vía externa.

Por: | Publicado: Lunes 5 de mayo de 2014 a las 05:00 hrs.
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Islandia, España o Irlanda mantenían un denominador común antes de que en 2006 estallase la crisis de las hipotecas subprime: el elevado endeudamiento de su sector privado.

El Fondo Monetario Internacional advirtió semanas atrás de los riesgos de las altas cifras de apalancamiento también en el rubro en Latinoamérica. "A veces se piensa que endeudarse externamente no es peligroso cuando se trata de la deuda del sector privado, pero esta idea ha sido desacreditada por varias crisis", señalaba el informe en alusión a, entre otras, las economías de Europa.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) también inquietaba de la casi duplicación de las emisiones de deuda de las empresas en la región entre enero de 2009 y septiembre de 2013, cuando se anotaron US$ 845 mil millones, aunque el endeudamiento es palpable desde 2006.

En Chile, el apalancamiento del sector privado también ha anotado alzas considerables. Las compañías locales aprovecharon las bajas tasas de interés para endeudarse mediante la emisión de bonos en el exterior y así obtener costos de financiamiento más bajos.

De hecho, a diciembre de 2013 las empresas no financieras arrojan el mayor nivel de deuda con respecto al PIB de los últimos cinco años: un 92,4%. Es decir, 4,6 puntos porcentuales más que el dato de 2012.

En tanto que las compañías tendrán que endeudarse para continuar con sus planes de inversión ante una reforma tributaria que, según los expertos, reducirá la liquidez de las empresas tras implementar la derogación del FUT.

Frente a este escenario, ¿cuentan las compañías nacionales con suficientes márgenes para endeudarse?

Gonzalo Sanhueza, economista y socio de Econsult, advierte de que ciertamente "no existe mucho más espacio para que las empresas puedan tomar más deuda", dado que en términos generales una empresa saneada debería exhibir un ratio de máximo 4 veces deuda/ebitda, cifra que de superarse podría generarle problemas financieros, sin contar con que los bancos no financian a partir de ese techo.

Según datos de Bloomberg, en las firmas nacionales del IPSA el promedio del ratio se sitúa en las 3,7 veces, aunque se llegan a alcanzar las 7 veces en el caso de Besalco o las 6,7 de Latam Airlines y Salfacorp. Sin embargo, se debe tener en cuenta que para medir los niveles de salud de una empresa hay que tener en cuenta la relación deuda de corto y de largo plazo, la actividad en la que se desempeñan (por ejemplo, las firmas constructoras suelen presentar un ratio de 6 veces) y el contexto macroeconómico en el que se opera.

El académico de la Universidad de Chile, Ricardo Ffrench-Davis, defiende la necesidad de reactivar la economía ante el estancamiento que se aprecia en los últimos seis meses y del que dio cuenta en el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de febrero que anotó un crecimiento de sólo 2,9%, para que las empresas tengan mayor margen para endeudarse con el que, dice, ahora no cuenta.

Sanhueza, por su parte, cree que las empresas tendrán que conseguir más financiamiento por la vía bancaria o la colocación de bonos en el exterior dado que contarán con menos flujo de caja para financiar el mismo volumen de inversión. Sin embargo, la vía externa no resulta un medio factible porque la capacidad de endeudamiento fuera del país está copada, dado que emplea el máximo del PIB de ahorro externo, esto es, entre un 3% y 4%.

Además, mientras las empresas tengan restricción de liquidez y las entidades financieras tengan menos recursos que intermediar, los bancos favorecerían a las compañías con mejor condición financiera. Entonces, se podría esperar que las empresas con indicadores más débiles serían las mayores perjudicadas.

Matías Madrid, economista del Banco Penta, anticipa que las propuestas tributarias tendrán un impacto en el ahorro de las empresas, lo cual provocará menores inversiones y, por ende, la salida de los proyectos menos rentables que podría alivianar la presión sobre la deuda. En esa misma línea, asegura que de mantenerse en carpeta los mismos proyectos, las deudas deberían incrementarse.

Con una perspectiva similar, Cecilia Cifuentes, economía de Libertad y Desarrollo, prevé que ante la caída de la rentabilidad de los proyectos disminuya la inversión. Lo anterior, agrega, se podría evitar si el gobierno logra implementar una reforma energética que reduzca sus costos, en cuyo caso favorecería las inversiones.

En alusión al panorama que plantea, pronostica que la facilidad de endeudamiento de las empresas se verá menguada, sobre todo, para las de menor tamaño ante una oferta de fondos más restringida que quedará supeditada a las firmas de menor riesgo, las que serían las más privilegiadas por los bancos.

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