Electromovilidad en Chile: próximos pasos
ANDRÉS REBOLLEDO Director Fundación Transurbano, exministro de Energía
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ANDRÉS REBOLLEDO
2021 fue un buen año para electromovilidad en Chile: i) se comercializaron 556 vehículos eléctricos livianos y medianos, marcaron un récord de venta; ii) se actualizó la estrategia de electromovilidad que propone nuevas y más ambiciosas metas; y iii) se promulgó e inició el trámite de importantes instrumentos legales que vienen a incentivar la electromovilidad en el país.
A comienzos del año pasado se produjo la ley de Eficiencia Energética; durante los últimos meses se avanzó con la tramitación de la Ley de Transición Energética, y se modificó el Decreto Supremo 145 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, ampliando las opciones de oferta de estos vehículos. Además, el Gobierno apareció al anunciar que para el año 2035 se venderán en nuestro país solamente vehículos cero emisión, lo cual va en línea con lo que un conjunto de países y empresas se comprometieron en la cumbre climática COP26.
La pregunta es: ¿Estará Chile en condiciones de alcanzar este meta? El cambio tecnológico juega a nuestro favor, la caída constante del precio de las baterías de iones de litio permite ser optimistas. Desde 2010 a 2020, su valor cayó en un 89% en el mundo, en un promedio de US$ 137/kWh en 2020. Para 2023, los precios promedio estarán cerca de US$ 100/kWh, según el último pronóstico de la empresa de investigación BloombergNEF. Y las proyecciones para nuestro país indican que hacia 2040 circularán alrededor de un millón de vehículos eléctricos, es decir, casi el 15% del parque automotor nacional a esa fecha.
El liderazgo en Chile lo ha tenido el transporte público. El sistema RED ya ha incorporado 784 buses eléctricos, y con las últimas licitaciones llegarán a 1.800 buses durante 2022. Además, existen planes para avanzar en este sentido también en los sistemas de transporte público en varias regiones del país.
Chile inicia un nuevo ciclo político. El Gobierno entrante, sin duda, tiene una impronta ambiental, por lo que es de esperar nuevas e innovadoras medidas para incentivar y profundizar la electromovilidad en el país. La transición energética debe incluir la descarbonización del sector transporte en conjunto con el desarrollo de un parque de generación eléctrica con fuentes limpias y renovables. El principal desafío es extender la incorporación de la movilidad eléctrica en el sector minero e industrial, e implementar los incentivos adecuados para dar un salto definitivo en la adquisición de esta tecnología por parte de los usuarios privados.
Un paso muy significativo sería tramitar una ley sobre electromovilidad comprensiva que incluya todos los elementos regulatorios, económicos y técnicos, con vista a dar un impulso definitivo a esta tecnología en el país en el marco del objetivo que se ha planteado para el año 2035, y con ello contribuirá a alcanzar la meta principal que debe guiar las acciones en este ámbito, que es la condición de neutralidad de carbono en 2050. Una fecha que, por qué no, incluso podría adelantarse.