Las lecciones que está dejando la reestructuración de Latam en EEUU
“Nos hizo el tremendo favor de dejar aún más claras las reglas del juego en el punto de planes de restructuración”, dijo a DF Andrés Mena, socio de Paul Hastings LLP.
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A fines de la semana pasada, Latam Airlines consiguió finalmente el visto bueno del Juez James L. Garrity de Nueva York, a su fórmula de financiamiento por US$ 2.450 millones.
Así, abrió la puerta a una nueva etapa en su reestructuración que, tal y como indicó el CEO Roberto Alvo en un comunicado, es "un paso muy significativo para la sostenibilidad del grupo".
Ahora se centrará en presentar el plan de reorganización bajo el Capítulo 11, en el marco de un proceso que está dejando grandes lecciones para los expertos en estos tipos de casos.
"Lo que la aerolínea hizo fue usar una estrategia con bastantes riesgos, pero que podría concebiblemente haber funcionado. Un juez federal les dijo, eso sí, que no funciona. Y, aunque no haya funcionado para Latam en particular, nos hizo el tremendo favor de dejar aún más claras las reglas del juego en el punto de planes de restructuración", dijo a DF Andrés Mena, socio de Paul Hastings LLP.
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El experto se refirió específicamente a la propuesta que hizo la parte deudora de incluir la convertibilidad de deuda en acciones, como parte de los desembolsos. Ese fue el único punto que el Juez Garrity rechazó, enviando un mensaje claro a la compañía, pero también a los accionistas y acreedores.
A juicio del abogado, esto es "un antecedente muy valioso para esta clase de casos, que, sin duda, va a influenciar lo que ocurra en otros procesos, incluidos los de las aerolíneas".
Los pasos a seguir
A partir de esta semana, la parte deudora se enfocará en empezar a negociar el plan de reestructuración y se hará la verificación paralela de los créditos, que es un asunto ya más administrativo y que permite a los acreedores presentar sus reclamaciones ante el Tribunal.
Como han explicado otros abogados a este medio, este es un período largo, de "unos cuantos meses", y que -tal y como solicitaron los representantes legales de la compañía chilena- podría llevar hasta marzo del próximo año.
Será un período de cuestionamientos, de objeciones a pagos y eso podría generar, según comentaron los expertos, movimiento en Chile y fuera del país. "Es el momento más álgido de la discusión. Si la compañía ha hecho bien su trabajo en este periodo, habrá un entendimiento y no debería haber tantas objeciones", apuntó una de las fuentes.
Después de presentado el texto, se tiene acceso al disclosure statement, que resume el plan con el detalle suficiente para que un inversionista pueda tomar decisiones. Y, una vez aprobado, se da luz verde a Latam para solicitar el voto de los acreedores, que se realizaría en mayo de 2021.