Banco Central advierte impacto "contractivo" en la economía y menor inflación producto del coronavirus
Mario Marcel, Joaquín Vial y Pablo García votaron a favor del inédito ajuste de 75 puntos bases el 16 de marzo cuando se realizó la reunión de emergencia.
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EL Banco Central publicó esta mañana la minuta de la Reunión de Política Monetaria (RPM) del 16 de marzo en la que redujo la tasa de interés en 75 punto base, para situarla en 1%, su menor nivel desde julio de 2010.
Esto, en medio de la rapidez con que Chile entró a la Fase 4 de la emergencia sanitaria por el coronavirus, junto al deterioro que arrastraba la economía por el estallido social y la volatilidad en los mercados globales por la expansión del denominado Covid-19.
En el documento se desprende que si bien todos en el consejo votaron a favor de reducir la Tasa de Política Monetaria (TPM), indicando que el cambio en el escenario macroeconómico requería un impulso monetario mayor para lograr la convergencia de la inflación a la meta, sólo tres miembros coincidieron en la magnitud: el presidente de la entidad, Mario Marcel, junto a el vicepresidente, Joaquín Vial, y el consejero Pablo García.
Sus argumentos se centraron en que “las circunstancias actuales hacían necesario actuar con algo de mayor premura, por lo que una reducción de esta magnitud no provocaría mayores inconvenientes en los mercados internos”.
Como refuerzo de este punto mencionaron que tras el anuncio de una reunión especial hecho esa mañana, los mercados ya apostaban por reducciones de la tasa rectora de 50 o 75 puntos base, “sin que se hubiera producido alguna reacción inesperada de otras variables, como el tipo de cambio”.
En tanto los consejeros Alberto Naudon y Rosanna Costa estuvieron a favor de recortarla sólo en 50 puntos base, para dejarla en 1,25%. Sus fundamentos estuvieron centrados en que "las importantes tensiones financieras por las que atravesaba el país -y que podían incrementarse tanto por lo que estaba ocurriendo en los mercados mundiales como por un recrudecimiento de las tensiones internas- podían desembocar en un escenario similar al de fines del año pasado, afectando significativamente el funcionamiento de los mercados, incluyendo el cambiario."
Para futuros movimientos, la minuta señala que “varios consejeros señalaron que futuros movimientos de la TPM serían condicionales no solamente a la evolución de la macro, sino que también a la evolución de los mercados financieros”.
La mezcla del estallido social con la pandemia
En el análisis de las opciones de política monetaria los miembros del Consejo coincidieron en que se estaba lidiando con un escenario con un grado de incertidumbre "extraordinariamente alto, pocas veces visto, que se extendía desde la economía real al sistema financiero".
Ante esto, señalaron que "no había dudas de que el shock tendría un efecto contractivo y que reduciría las presiones inflacionarias en el horizonte de política". A ello sumaron la "convicción" deque existían riesgos importantes de contagio entre los shocks reales y la situación del sistema financiero.
"En particular los segmentos más débiles o más vulnerables del sector corporativo -especialmente las empresas de menor tamaño- tendrían una menor capacidad para sostener el fuerte ajuste de sus flujos de caja", señalaron los consejeros.
Todo esto se hacía especialmente delicado, considerando las repercusiones que aún tenía el conflicto en la economía: “Esta situación se hacía particularmente compleja dado que el estallido social había mermado en forma significativa las holguras de liquidez en un número importante de empresas y sectores más afectados”.
En los antecedentes de la minuta se menciona que “aún estaban en desarrollo los efectos de la crisis social iniciada en octubre pasado y, pese a que los Imacec de diciembre y enero habían superado lo previsto, otras variables reales y financieras mostraban un deterioro en los últimos meses”.