Editorial

Ministerio de Desarrollo Social

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Hace algunos días se conoció que la ministra de Desarrollo Social se alojará definitivamente en las dependencias de su cartera en calle Catedral, concretando la salida de ésta del edificio presidencial, lo que a su vez responde a la salida de MDS del comité político, a inicios de la actual administración.

Para entender las implicancias de dicha decisión, ayuda recordar por qué el MDS llegó a La Moneda. El origen de este cambio fue la transformación de MIDEPLAN a Ministerio de Desarrollo Social, lo cual a su vez implicó entregarle al ministerio funciones de coordinación de la política social, y contar con esta mirada en cada una de las decisiones del Ejecutivo. Dicha función implica contar con herramientas concretas para avanzar en la superación de la pobreza y brindar protección social a las personas, familias o grupos vulnerables, o en riesgo de caer en vulnerabilidad, en cualquier momento de su vida.

La decisión original de llevar al MDS a La Moneda fue una señal política de que la pobreza estaba al centro de la agenda del Ejecutivo.

Para cumplir una meta tan ambiciosa como aquella, resulta útil conocer lo que realizan los distintos ministerios sectoriales frente a sus respectivos desafíos, así como tener información sobre los apoyos e intervenciones que se entregan a grupos determinados de la población. Esto, con el fin de buscar y potenciar los espacios de sinergia entre ellos, pero también de eliminar las posibles duplicidades, haciendo un uso más eficiente de los recursos públicos.

Por ejemplo, importantes dificultades que afectan la pobreza y vulnerabilidad -como la informalidad en el empleo- son comúnmente abordadas simultáneamente por distintos ministerios y servicios públicos. Lo mismo con la disminución de eventuales barreras que enfrentan grupos específicos, por ejemplo, los adultos mayores.

Es ahí donde la mirada únicamente sectorial termina siendo incompleta. Lamentablemente, dejar fuera al MDS del comité político y reemplazarlo por carteras sectoriales en alguna medida arriesga debilitar dicha herramienta a nivel Estado. La decisión original de llevarlo a La Moneda fue una señal política de que la pobreza y vulnerabilidad estaban al centro de la preocupación del Ejecutivo y que se coordinarían desde el epicentro las acciones para superarlas. Es de esperar que el nuevo traslado no signifique restar prioridad a dicha meta.

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