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Minería avanza hacia el uso de agua de mar e inversiones ya suman USD 18 mil millones

Chile cuenta con 24 plantas desaladoras en operación, cinco en construcción, tres con calificación ambiental favorable y 17 proyectos en distintas fases de evaluación. En la industria, BHP inició hace quince años el proceso de uso de agua desalada en Chile, con una inversión total de más de USD 4 mil millones.

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Una de las industrias más desafiadas por el uso del agua ha sido la minería. La búsqueda de procesos más sustentables, las adaptaciones debido al cambio climático y la necesidad de responder a la creciente demanda por minerales críticos han incentivado la búsqueda de fuentes hídricas alternativas a las aguas continentales.

Es así como rápidamente la minería ha ido avanzando hacia la utilización de agua de mar. Según datos entregados en el marco de la Conferencia Anual de Desalinización en América Latina, los proyectos de desalinización suman ya USD 20 mil millones de dólares en la Latinoamérica. Solo en Chile, la cifra se acerca a los USD 18 mil millones.

De acuerdo con la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), la minería del cobre en el país utiliza un 37,2% de agua de mar. Los próximos años se vislumbran promisorios para la industria en lo relativo a su impacto sobre los recursos hídricos. Si todo avanza a buen ritmo, se espera que en 2034 el uso de agua de mar aumente a 69,8%.

Según las cifras que maneja la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (Acades), Chile es el país de América Latina con mayor capacidad de desalinización de América Latina debido, precisamente, al desarrollo de la minería. Actualmente, el país cuenta con 24 plantas desaladoras en operación, cinco en construcción, tres con calificación ambiental favorable y 17 proyectos en distintas fases de evaluación.

BHP y la primera desaladora de Sudamérica

BHP fue la primera minera en construir una planta desaladora en Sudamérica, lo que le ha permitido acelerar y estar a la vanguardia del proceso de transición de la minería al uso de agua de mar. Solo en 15 años, la compañía ha invertido más de USD 4.000 millones en capacidad de desalación.

“Los procesos de desalación son fundamentales para la sostenibilidad y desarrollo de la minería asegurando un recurso estratégico clave para la continuidad operacional y para habilitar el desarrollo de las operaciones mineras y su aporte al país. El consumo de agua de mar en minería permite desplazar el uso de agua continental, a través del acceso a una fuente de agua fresca que no compite con usos esenciales, tales como el consumo humano y la agricultura y conservando fuentes de agua continental y acuíferos”, señala Graciela Bustamante, Manager Commercial Development de BHP.

Para llegar a ser pioneros en materia de desalación, la historia de BHP se remonta a 2006, cuando entró en operación la primera desaladora de la compañía en Puerto Coloso, ubicado en la Región de Antofagasta.

En 2017, la empresa dio un nuevo paso al inaugurar una segunda planta, con una capacidad de 2.500 litros por segundo. A fines de 2019 completó un proyecto de extensión que aumentó su capacidad de producción de agua desalinizada a 3.800 litros por segundo.

Así, Escondida | BHP se abastece de agua desalada y, en el caso de Spence | BHP, su concentradora también es abastecida con agua de mar.

Hoy la estrategia hídrica de la compañía está plasmada en su Water Stewardship Position Statement, que apunta a la administración efectiva y responsable de los recursos hídricos.

Según Graciela Bustamante,

“nuestras metas están alineadas con nuestro compromiso de usar agua de mar de forma eficiente en todos nuestros procesos productivos. Estamos constantemente buscando mejoras en la producción de agua desalada, por ejemplo, aumentando el rendimiento de las plantas de osmosis inversa a través de diferentes procesos de optimización. Además, a través del uso de tecnologías de innovación, estamos buscando soluciones disruptivas capaces de aumentar la recuperación de agua, optimizando nuestra capacidad instalada”.

 

El desafío global de gestionar el agua

La tarea de una gestión eficiente del agua es hoy una prioridad global. El 25 de septiembre de 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como parte de su Agenda 2030. Los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos mundiales para proteger el planeta y el agua involucra a uno de ellos.

El ODS 6, precisamente, pretende lograr un acceso universal y equitativo al agua potable y a servicios de saneamiento e higiene adecuados. De ahí que las empresas deban jugar un rol clave en la gestión sostenible del agua que utilizan para la creación, producción y distribución de sus productos. Se trata de un desafío relevante, en un contexto en que, en el año 2022, cerca de 2.200 millones de personas continuaban sin agua potable gestionada de manera segura.

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