Merrill Lynch detalla planes para Chile tras la adquisición de Ureta & Bianchi
Quien crea que el tercer mayor banco de Estados Unidos sólo se va a dedicar al corretaje de bolsa en el país, está muy equivocado?, asegura el máximo ejecutivo para la región. Marta Lillo Bustos
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El tercer mayor banco de Estados Unidos llegó esta vez para quedarse
en el negocio financiero chileno, asegura el presidente para
Latinoamérica y Canadá de la firma, James Quigley.
Mediante la
compra del 100% de Ureta & Bianchi, y utilizando Chile como
plataforma para las operaciones locales y en Perú, “y quizás a futuro
otro mercado más”, el máximo representante de la firma en la región
insiste en que el plan de Merrill Lynch es recuperar el terreno perdido
y evitar la “tentación” de invertir todo en Brasil.
Porque
Quigley reconoce que tras su salida del mercado local a principios de
la década, el banco “no tenía una estrategia muy sustentable en
Latinoamérica en realidad”.
Con 24 años trabajando en Merrill
Lynch, Quigley recién comenzó a tomar las riendas en la región hace
apenas dos años, cuando “nuestro negocio latinoamericano estaba
pobremente estructurado. Necesitaba lograr así un compromiso
sustentable con Latinoamérica, antes de pensar en cualquier negocio”.
Por
eso indica que el joint venture que por dos años mantuvo con Celfin
Capital (hasta el 16 de junio) “nos permitió volver a familiarizarnos
con Chile”.
- ¿Por qué no compraron desde un principio Ureta & Bianchi?
-
No era posible a inicios de 2006 una adquisición en ninguna parte de
Latinoamérica. Literalmente, a la semana que me dieron mi trabajo, fue
cuando firmamos el joint venture con Celfin. Fue en el momento adecuado
porque en ese tiempo era difícil una compra. Y así un par de años
después demostrar al directorio que teníamos un negocio exitoso,
sustentable, y que una compra tenía sentido.
Esta industria es divertida, porque nunca puedo determinar si una empresa como Ureta & Bianchi está disponible.
- ¿Y cuándo se volvió disponible la corredora para ustedes?
-
Tuvimos conversaciones muy preliminares con ellos hacia fines del año
pasado, cuando nos quedó claro que cualquier alianza de compra con
Celfin terminaría destruyendo valor. Y en las negociaciones con Celfin,
siempre se lo dejamos en claro. Pero no hubo una estrategia de compra.
- ¿Cometió un error Merrill Lynch al reducir su presencia en Chile a principios de la década?
-
En 1999 no estaba a cargo de la región, pero viajaba a Santiago. Y fue
en una de esas reuniones que Merrill Lynch decidió cerrar su banca de
inversión. Era más que nada una oficina de representación. Pero sí, fue
un error que Merrill Lynch descontinuara su compromiso en Chile.
Nuestra industria es culpable de mucha volatilidad en su estrategia
latinoamericana.
- Entonces vinieron a Chile para quedarse…
-
Exacto. Ahora tenemos una capacidad de servicios financieros totalmente
integrada para Chile, por primera vez en la historia de Merrill Lynch.
- ¿Cómo ve el mercado esta inversión en Chile?
-
Muchos administradores de fondos de inversión nos contactaron al
escuchar rumores de que algo podíamos hacer en Chile. Nos decían que si
era verdad, entonces nos iban a dar más negocios.
- ¿Cómo esperan que su ingreso afecte la competencia local?
-
La competencia en Chile siempre ha sido agresiva. Pero no hicimos esta
compra sólo para enfocarnos en acciones. Vamos a crecer en
administración de riqueza, renta fija y monedas, productos derivados,
bienes raíces, transacción de commodities. Éste sólo es un paso. Quien
crea que Merrill Lynch sólo se va a dedicar al corretaje de bolsa en
Chile, está muy equivocado.
Un esperado anuncio
Crecer en Latinoamérica permitirá a Merrill Lynch compensar las
fuertes pérdidas que registran sus operaciones por la crisis crediticia
en EE.UU.
Así lo confirmó James Quigley al anunciar oficialmente
al mercado, junto al gerente general de Ureta & Bianchi, Francisco
Ossa, la compra del 100% de la corredora de bolsa.
Calificando
la operación, que se concretará en los próximos 30 días, como un
“importante momento para el mercado financiero chileno”, Quigley y Ossa
explicaron que la corredora tomará el nombre de Merrill Lynch, y
continuará operando en las oficinas que Ureta & Bianchi tiene en
Apoquindo.
Los socios fundadores Luis Bianchi y José Manuel
Ureta, dejarán la sociedad que fundaron en 1936, mientras que los
“nuevos socios” como Ossa, Ignacio Pérez, y los hijos de Ureta, Alfredo
y Manuel José, continuarán en el área de acciones dentro de Merrill
Lynch.