Olaf Scholz desmiente temores sobre Deutsche Bank, luego de que las acciones registrasen la mayor caída en tres años

Olaf Scholz rechazó las comparaciones entre Deutsche Bank y Credit Suisse, ya que una caída en las acciones del prestamista alemán provocó otro día de agitación para el sector bancario.

Después de que las acciones de Deutsche cayesen un 14%, el canciller alemán buscó reforzar la confianza en el banco más grande del país, con los inversores aún nerviosos después de la adquisición forzosa de Credit Suisse el pasado fin de semana.

“Deutsche Bank ha modernizado y reorganizado fundamentalmente su negocio y es un banco muy rentable”, dijo Scholz en una cumbre en Bruselas luego de que se le preguntara si el prestamista era el nuevo Credit Suisse. “No hay razón para preocuparse por eso”. 

Sus comentarios se produjeron como parte de un intento concertado de los líderes europeos para calmar los nervios del mercado ante la caída de las acciones en los bancos más grandes de la región.

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, dijo en la cumbre de la eurozona que el sector bancario era "fuerte" y que el BCE estaba totalmente equipado para proporcionar liquidez al sistema financiero de la zona euro si fuera necesario, según un funcionario de la UE.

Al igual que muchos de sus pares europeos, las acciones de Deutsche han caído este año, perdiendo más de una quinta parte de su valor en medio de las preocupaciones de los inversores sobre el rápido aumento de las tasas de interés y la estabilidad financiera mundial.

Lagarde promete una política "robusta" con el BCE listo para actuar según sea necesario

Las consecuencias de la crisis bancaria

Las preocupaciones sobre la salud del sector han aumentado por los problemas de Credit Suisse, la quiebra del Silicon Valley Bank en California y las dificultades de otros prestamistas regionales estadounidenses.

Las acciones tanto del Commerzbank de Alemania como de la Société Générale de Francia, cayeron alrededor de un 5% en las operaciones de la tarde, dejando al índice de bancos Stoxx 600 un 3,8% más débil. Deutsche cotizaba un 10% a la baja.

Sin embargo, los analistas dijeron el viernes que no había una razón fundamental para la caída de dos dígitos en las acciones de Deutsche.

“Los inversores están preocupados por la salud del banco. Estamos relativamente relajados en vista de las sólidas posiciones de capital y liquidez de Deutsche”, dijo Stuart Graham de Autonomous Research en un informe. “No tenemos preocupaciones sobre la viabilidad o las marcas de activos de Deutsche. Para ser muy claro, Deutsche NO es el próximo Credit Suisse”.

Andrew Coombs, analista de Citigroup, agregó que los inversionistas estaban tratando de entender el movimiento del precio de las acciones y agregó: "Vemos esto como un mercado irracional".

Deutsche pasó por años de escándalo y controversia. Pero su fortuna mejoró después de un importante programa de reestructuración en el que recortó su banco de inversión y reservó miles de millones en activos tóxicos para la venta.

Los ingresos y las ganancias alcanzaron máximos de 15 años en 2022, en gran parte debido a su unidad comercial de renta fija. 

Sin embargo, el prestamista minorista nacional del banco es apenas rentable y su negocio de gestión de activos ha sufrido pérdidas de flujo después de un escándalo de lavado verde. Tiene una capitalización de mercado de solo 17 mil millones de euros y cotiza con un descuento de más del 70% sobre el valor contable de sus activos.

El presidente francés, Emmanuel Macron, sugirió que los especuladores estaban detrás de la caída del precio de las acciones, pero que los fundamentos del sector bancario en Europa eran sólidos.

Los líderes pidieron la finalización del proyecto de unión bancaria de la UE, cuyo objetivo es armonizar las normas europeas junto con una mayor centralización en la regulación, y dijeron que el proyecto había "fortalecido significativamente" a los bancos tras su creación en 2014.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, dijo que los fundamentos subyacentes de la unión bancaria europea y su sistema de supervisión eran sólidos, lo que brindaba "claridad absoluta de que nuestros bancos europeos están seguros".