Reino Unido y el mundo dan el último adiós a la reina Isabel II en un solemne funeral de Estado
Se estima que 4 mil millones de espectadores en todo el mundo siguen el funeral de la monarca, lo que lo convertiría en la transmisión en vivo más vista de la historia
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Los dirigentes británicos y los miembros de la realeza de todo el mundo dieron el lunes el último adiós a la reina Isabel II en un funeral de Estado en la Abadía de Westminster, tras cuatro días en los que cientos de miles de personas hicieron fila para pasar ante el féretro de la monarca más longeva de Reino Unido.
Poco antes de las 11 de la mañana en Londres, el féretro de roble, cubierto con la bandera del Estandarte Real y con la Corona Imperial de Estado en la parte superior, fue colocado en un armón de artillería y remolcado por personal naval a la Abadía de Westminster para el servicio.
Entre los 2.000 asistentes hubo unos 500 dirigentes mundiales, desde el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el emperador Naruhito de Japón al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, y Mark Brown, primer ministro de las Islas Cook.
También asistieron los bisnietos de la reina, el príncipe Jorge, de 9 años, y la princesa Carlota, de 7, los dos hijos mayores del ahora heredero al trono, el príncipe Guillermo.
Algunas estimaciones apuntan a que más de 4 mil millones de espectadores en todo el mundo siguieron el funeral, lo que lo convertiría en la transmisión en vivo más vista de la historia. Un récord que seguro se alcanzará es el de la emisión religiosa más vista de la historia.
"Durante los últimos 10 días, mi esposa y yo nos hemos sentido profundamente conmovidos por los numerosos mensajes de condolencia y permiso que hemos recibido de este país y de todo el mundo", dijo Carlos III, hijo de Isabel II y nuevo rey, en un comunicado.
"En un momento en que todos nos preparamos para dar nuestro último adiós, quería simplemente aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a todas esas innumerables personas que han sido un apoyo y un consuelo para mi familia y para mí en este momento de dolor".
Isabel murió el 8 de septiembre en su casa de verano escocesa, el castillo de Balmoral.
Su salud había empeorado y, durante meses, la monarca, que había participado en cientos de compromisos oficiales hasta bien entrados los 90 años, se había retirado de la vida pública, aunque sólo dos días antes de su muerte había nombrado a Liz Truss su decimoquinta y última primera ministra.
Antes del funeral, líderes en todo el mundo, incluido el presidente Joe Biden, rindieron homenaje a la monarca de 96 años, que pasó siete décadas en el trono británico. "Fueron afortunados de haberla tenido durante 70 años", dijo Biden. "Todos lo fuimos".
Invencible
Isabel II, la cuadragésima soberana de un linaje que se remonta a 1066, llegó al trono en 1952, siendo la primera monarca postimperial de Reino Unido. "Todos pensábamos que era invencible", dijo el príncipe Guillermo a sus admiradores.
Estuvo al frente de la nación mientras trataba de hacerse con un nuevo lugar en el mundo y fue decisiva en el surgimiento de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), que ahora agrupa a 56 países.
Cuando sucedió a su padre Jorge VI, Winston Churchill era su primer ministro y Josef Stalin dirigía la Unión Soviética. Conoció a grandes figuras de la política, el mundo del espectáculo y el deporte, como Nelson Mandela, el papa Juan Pablo II, The Beatles, Marilyn Monroe, Pelé y Roger Federer.
Se convirtió en una figura mundial de primer orden, elogiada en su muerte desde París y Washington a Moscú y Beijing. Se guardó luto nacional en Brasil, Jordania y Cuba, países con los que tenía pocos vínculos directos.
Autoridades de transporte dijeron que se esperaba a un millón de personas en el centro de Londres para el funeral y la policía dice que será la mayor operación de seguridad jamás realizada en la capital.
El rey Carlos III, sus hermanos e hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, y otros miembros de la familia Windsor, caminaron lentamente detrás del féretro mientras fue trasladada en un armón de artillería a la Abadía de Westminster, dirigidos por unos 200 gaiteros y tamborileros.
La campana tenor de la Abadía -sitio de coronaciones, bodas y entierros de reyes y reinas ingleses y posteriormente británicos durante casi 1.000 años- tocó 96 veces.
"Aquí, donde la reina Isabel se casó y fue coronada, nos reunimos desde toda la nación, desde la Mancomunidad y desde las naciones del mundo, para llorar nuestra pérdida, para recordar su larga vida de servicio desinteresado", dirá David Hoyle, decano de Westminster.
Además de los dignatarios, la congregación incluye a los galardonados con las más altas medallas militares y civiles de Reino Unido por su valentía, a representantes de organizaciones benéficas apoyadas por la reina y a aquellos que hicieron "contribuciones extraordinarias" para hacer frente a la pandemia del Covid-19.
Dos minutos de silencio
Se espera que decenas de millones de personas, tanto en Reino Unido como en el extranjero, vean el funeral de la monarca, algo que nunca antes se había televisado. Terminó con el toque de corneta "Last Post" ("Ultimo puesto", en español) ante la iglesia y la nación guardó silencio durante dos minutos.
Después, el féretro fue llevado por el centro de Londres, pasando por la casa de la reina en el Palacio de Buckingham, al Arco de Wellington en Hyde Park Corner y la monarca y la familia real volvieron a seguirlo a pie durante la procesión de 2,4 kilómetros.
Desde allí, se colocó en un coche fúnebre que fue conducido al Castillo de Windsor, al oeste de Londres, para un servicio en la Capilla de San Jorge. La ceremonia concluyó con la extracción de la corona, el orbe y el cetro —símbolos del poder del monarca— del féretro y su colocación en el altar.
El Lord Chambelán, el más alto responsable de la casa real, romperá su "Varita de Oficio", que significa el fin de su servicio a la soberana, y la colocará sobre el ataúd.
A continuación, se bajó a la bóveda real en un momento en que el gaitero real toca un lamento, alejándose lentamente a que la música de la capilla se desvanezca gradualmente.
Más tarde, en una ceremonia familiar privada, el féretro de Isabel y el de su marido durante más de siete décadas, el príncipe Felipe, fallecido el año pasado a los 99 años, fueron enterrados juntos en la capilla conmemorativa del rey Jorge VI, donde también descansan sus padres y su hermana, la princesa Margarita.
"Estamos muy contentos de que hayas vuelto con el abuelo. Adiós querida abuelita, ha sido el honor de nuestras vidas haber sido tus nietas y estamos muy orgullosas de ti", dijeron las nietas princesas Beatriz y Eugenia.