Por Ralph Atkins en Frankfurt y Victor Mallet en Madrid
Los conflictos en la eurozona sobre la escalada de la crisis de deuda se intensificaron luego que el Banco Central Europeo demandara que los gobiernos implementaran las medidas de rescate prometidas y advirtiera de severos costos económicos y sociales si su propia credibilidad era puesta en riesgo.
Los categóricos comentarios de Mario Draghi, el nuevo presidente del BCE, fueron un intento por invertir la situación frente a los gobiernos de la eurozona al final de una semana en la cual él ha sufrido intensa presión para aumentar la intervención del BCE en el mercado de bonos.
Las compras del Banco Central Europeo el viernes atenuaron los rendimientos de la deuda italiana, pero el foco de la crisis se movió a España que vio el rendimiento de sus bonos a diez años subir sobre los de Italia.
Draghi destacó la incapacidad de los gobiernos para poner en operación el fondo de rescate de la Unión Europea, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), lanzado originalmente hace 18 meses.
“¿Dónde está la implementación de estas decisiones de larga duración?”, preguntó en el Congreso de la Banca Europea en Frankfurt.
Los líderes de la eurozona chocaron públicamente la semana pasada sobre el rol del Banco Central. El gobierno alemán y Bundesbank han argumentado que ya ha alcanzado sus límites legales.
Pero los líderes de España se han unido a sus pares franceses en instar a una acción más audaz, quejándose de que Madrid está siendo restringida por rendimientos récord en los mercados de bonos soberanos, a pesar de haber cumplido las demandas de la Unión Europea de austeridad fiscal y reforma económica.
El primer ministro inglés, David Cameron, viajó a Berlín el viernes para persuadir a Angela Merkel, la canciller alemana, de que el BCE debe ser el “prestamista de última instancia” para los gobiernos.
“Todas las instituciones de la eurozona tienen que mantenerse detrás de la divisa y hacer lo que sea necesario para defenderla”, dijo el primer ministro.
Pero Merkel advirtió: “No debemos pretender tener poder que no tenemos”. Los dos líderes tampoco coincidieron sobre introducir impuestos sobre las transacciones financieras en la Unión Europea.
Costos económicos y sociales para la credibilidad
Las directrices del consejo de gobierno del Banco Central Europeo han limitado el monto que sus corredores pueden gastar en bonos de gobiernos de la eurozona en un período de dos semanas a cerca de 20 mil millones de euros, aunque la cantidad gastada a menudo a sido menor.
Draghi dijo que la credibilidad del BCE era “la mayor contribución que podemos hacer” para apoyar el crecimiento, los empleos y la estabilidad financiera. Pero “perder la credibilidad puede pasar rápidamente, y la historia muestra que recuperarla tiene grandes costos económicos y sociales”.
Sin embargo, insinuó que ayuda fresca podría llegar a los debilitados bancos de la eurozona. Las medidas podrían incluir liquidez para dos o tres años y menores requerimientos para los bancos al solicitar préstamos al Banco Central.