Imprevistamente, uno de los días que junto con los viernes y los sábados, integra el podio de las jornadas con mayores ventas para los supermercados quedó envuelto en una polémica entre las grandes cadenas y los comercios de menor tamaño que operan, especialmente, en el interior del país.
Se trata del domingo, cuando el sector logra ventas 30% mayores a del resto de la semana, en parte debido a la mayor disposición de los consumidores a realizar compras ese día y a las innumerables ofertas, descuentos y promociones que ofrecen los súper entre los jueves y, precisamente, los domingos. Sin embargo, los supermercados del interior impulsan el cierre de actividades durante esa jornada. A través de un comunicado de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), aseguraron que el descanso dominical para los empleados “es una costumbre de gran relevancia para mantener los fundamentos de la sociedad argentina y fortalecer el vínculo familiar, las charlas hogareñas, los juegos y la posibilidad de compartir diversas actividades”.
La postura abrió una polémica con las grandes cadenas como Carrefour, Walmart, Coto, Jumbo, Disco y La Anónima, agrupados en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU).
A través de su director ejecutivo, Juan Vasco Martínez, estos grupos advirtieron que la iniciativa podría generar despido de personal, caída de las ventas, menor recaudación fiscal y también representaría un límite a la libertad de comercio. “Los supermercados de ASU agrupan a 190.000 trabajadores y el cierre de los comercios los domingos traería consecuencias negativas a la economía en general y a los propios trabajadores”, aseguró Martínez.
Desde Carrefour respaldaron las opiniones de la ASU y recordaron que la apertura de los días domingo genera mayores puestos de trabajo y le permite al personal obtener pagos adicionales y francos compensatorios que se perderían en caso de no poder concurrir. En otra cadena calificaron a las compras dominicales como “un tema cultural arraigado entre los consumidores que ese día tienen más tiempo para pensar las compras y además usan esa tarea como un paseo familiar”.
En el comunicado de CAS y FASA, esta postura es rechazada al entender que el trabajo dominical “afectó fuertemente la reunión familiar y el esparcimiento por actividades laborales que obligan a realizar tareas los domingos aunque no resulte imprescindible, ya que es un servicio que se brinda en amplios horarios durante los seis días de la semana restantes”. Según el comunicado, “en países donde el descanso dominical es ley, esto es aceptado sin cuestionamientos ya que la gente programa sus compras de acuerdo con esa modalidad. Sin embargo, para los trabajadores, tiene una enorme implicancia en su calidad de vida y en la de su familia”.
Por su parte, Vasco Martínez sostuvo que muchos empleados quieren trabajar los domingos, por los adicionales que reciben y los francos compensatorios que suman. Entre los empresarios que defienden la postura de la ASU también aseguran que los gremios del sector “no están seguros de impulsar el cierre dominical precisamente por las consecuencias que esto tendría para el personal. Además, advierten que no trabajar los domingos generaría un efecto negativo en el empleo indirecto y a las actividades que se desarrollan alrededor de los grandes centros comerciales, como la logística, servicios de taxi, transporte, remiserías y combis”.