Rodrigo Aravena

Inflación: una preocupación que trasciende el corto plazo

 

Por: Rodrigo Aravena | Publicado: Lunes 18 de abril de 2022 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Rodrigo Aravena

Rodrigo Aravena

El foco del debate local sigue radicado en la inflación y las razones para preocuparnos por las alzas de precios van en aumento. Es más, incluso hay factores que sugieren un riesgo no despreciable de que la inflación sea un problema que, de no revertirse ciertas tendencias macro y políticas, se pueda transformar en endémico.

El alza que ha presentado la inflación, con permanentes sorpresas alcistas y sin señales de cambios de tendencia, en sí misma justifica una preocupación mayor que hace un par de meses. Existe una altísima probabilidad de que en mayo el IPC se empine sobre el 10%, lo que además de constituir el mayor registro en al menos 30 años, inducirá más efectos de segunda vuelta. Asimismo, es preocupante la propagación inflacionaria, la cual ha llevado a que una proporción récord de artículos haya exhibido alzas de precios (70% en marzo), en un contexto donde todas las medidas subyacentes y las expectativas de mediano plazo continúan alejándose de la meta ancla del Banco Central de 3%.

Además, las presiones externas se han exacerbado. En este contexto, destaca el aumento de la inflación anual en Estados Unidos a un inédito 8,5%, la mayor desde los años 80 y muy por sobre el objetivo de 2% de la Reserva Federal. Una situación similar ha sido observada en otras latitudes, como la zona Euro y Reino Unido, con cifras sobre 7% y también batiendo récords en décadas.

Dado que el fenómeno es multifactorial, con presiones de demanda (como los estímulos fiscales y alta liquidez) y muchas de oferta (efectos de la invasión a Ucrania, estrechez en los mercados laborales y restricciones en las cadenas de suministro, entre otros), no resulta obvio que ello vaya a revertirse en el corto plazo. La historia nos ha dado lecciones de cómo una inflación persistente requiere más esfuerzos y costos de ajuste en el futuro (basta recordar EEUU a comienzos de los 80).

Adicionalmente, debemos enfatizar el rol que podrían tener las discusiones y medidas de políticas que se discuten hoy en nuestro país. En particular, el reciente debate sobre nuevos estímulos fiscales y retiros adicionales de fondos de pensiones amerita una especial atención. Más allá de las razones políticas que puedan generar esta discusión, es válido recordar que la economía acumula un crecimiento promedio de 8,2% los dos primeros meses del año, mientras que el desempleo está levemente por sobre el 7%, en línea con la desocupación exhibida antes de la pandemia.

Estas cifras muestran que, claramente, la economía chilena hoy no está en recesión. Por ende, es válido preguntarse, ¿cómo será la política fiscal los próximos trimestres, una vez que la economía sí presente un mayor debilitamiento? ¿Cómo se podrá plantear una consolidación fiscal de mediano plazo? Lo anterior, sin considerar las presiones de gastos que no resultan del todo descartables bajo la actual discusión constitucional.

Todos estos factores justifican estar más alerta sobre la evolución inflacionaria. Ello requiere ser más realistas que nunca, reconocer que la discusión puede ser más estructural, y trascender el ciclo económico y la política monetaria tradicional. Bien sabemos que un ancla fiscal es una condición fundamental para tener un control adecuado de la inflación, y sin ella los cambios de la Tasa de Política Monetaria pierden efectividad.

Estos temas deben enfrentarse con urgencia, porque si en algo todos estamos (o debiésemos estar) de acuerdo, es lo dañina que resulta la inflación en el largo plazo.

Lo más leído