País

Hacia una jornada de 40 horas: ¿Qué exige la oposición para avanzar en la moción estrella de Camila Vallejo?

Desde la Democracia Cristiana a la UDI aseguran que existe “voluntad” de tramitar el proyecto que se encuentra en el Senado, pero…

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Viernes 1 de abril de 2022 a las 11:20 hrs.
  • T+
  • T-
que
que

Compartir

El miércoles recién pasado, mientras los senadores de la Comisión de Hacienda aún no terminaban de asimilar el sombrío panorama económico que describía la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, al dar a conocer el primer Informe de Política Monetaria (IPoM) del año; a pocos pasos de la sede del Congreso en Santiago, la ministra del Trabajo Jeannette Jara anunciaba la conformación de una mesa técnica para avanzar en el proyecto de rebaja de la jornada laboral a 40 horas.

La iniciativa, fue ingresada con bombos y platillos el último año de la segunda administración de Michelle Bachelet -8 de marzo de 2017- por la bancada de diputados comunistas -integrada en esa época los diputados comunistas Camila Vellejo, Karol Cariola, Guillermo Teillier, Daniel Núñez, Lautaro Carmona y Hugo Gutiérrez- más el entonces diputado independiente exPS Sergio Aguiló. La moción es considerada el proyecto estrella de la actual vocera de gobierno, Camila Vallejo, en su paso por el Congreso. 

Aunque estuvo un par de años sin movimientos significativos en su tramitación, en abril de 2019 se activó con mayor fuerza con la creación de la “Bancada por las 40 horas”, a la que Vallejo logró sumar a diputados de todas las bancadas de la entonces oposición -incluidos el actual presidente Gabriel Boric y el ministro de la Segpres Giorgio Jackson-, que empujó para que la iniciativa avanzara en la Cámara. Objetivo que se cumplió, pues el 7 de noviembre del mismo año, esta Corporación aprobó la moción y la despachó al Senado para su segundo trámite, donde se encuentra alojada en la Comisión de Trabajo.

En concreto, el proyecto, tan resistido por el mundo empresarial, modifica el Código del Trabajo, introduciendo una disposición para reducir progresivamente la jornada laboral de 45 hasta las 40 horas semanales (8 horas diarias si se distribuye en cinco días, o bien, 6 horas 40 minutos diarias, si se distribuye en seis días). Y, adicionalmente, establece que el tiempo de colación se considerará parte de la jornada de trabajo.

La preocupación del mundo empresarial, tanto grandes empresas con pymes, era básicamente la misma que en la actualidad: que encarecería la mano de obra. De hecho, el entonces presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Manuel Melero, señaló ante la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, en mayo de 2019, que esta medida impactaría negativamente en el comercio, la producción y los índices de empleabilidad, argumentando que el sector ya estaba siendo golpeado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y por el mal desempeño económico del país.

Baño de realidad

En cualquier caso, casi tres años después, el escenario económico lejos de mejorar  ha empeorado y las cifras del IPoM son un claro reflejo de ello. Por lo que si bien desde el Congreso, la actual oposición asegura que existe “voluntad” para abordar el proyecto, no se compromete a aprobarlo, tal como está ahora en el Senado, entendiendo que se quiera o no tendrá un impacto en la economía.

Es por ello que tanto la oposición como la Democracia Cristiana plantean,  a lo menos dos elementos clave para avanzar en la materia: gradualidad, flexibilidad y apoyo a las pymes. Como lo señala el presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara, el DC Alberto Undurraga, quien en el marco de una reunión con la Convergencia Nacional de Gremios, Pymes y Cooperativa, donde abordó, entre otras materias, la agenda laboral y, en este contexto, el proyecto de reducción de la jornada laboral.

Al respecto, Undurraga hizo hincapié en que esta iniciativa, como el aumento del salario mínimo, “tienen que tener el adecuado apoyo a las pymes para hacerlos viables, para que no quiebren las pymes y beneficiar a todos los trabajadores y trabajadoras”, algo que –dijo- le planteó a la ministra Jara. Pero también dijo que es imprescindible que para implementar la iniciativa se haga de manera gradual. El diputado, argumentó que “cuando la demora al trabajo es de una hora y media o dos, significa una cantidad enorme (de tiempo) durante el día en locomoción, en los distintos medios de transporte público, y una reducción de jornada es una aspiración importante, pero esto tiene que ser con la gradualidad necesaria y con los apoyos a las pymes”.

En este sentido, el senador Iván Moreira (UDI) –que este año debuta en la Comisión de Trabajo-, asegura que si bien existe voluntad de avanzar en la tramitación del proyecto, al momento de su implementación debe tener una gradualidad que cubra los cuatros años del gobierno del presidente Gabriel Boric. Según el senador gremialista “no hay que precipitar la discusión de las 40 horas. Hay que hacerlo, hay voluntad de hacerlo, pero sobre la base de poner en la mesa todos los elementos técnicos con seriedad”, plantea.

Adicionalmente, en la misma línea de Moreira, pide que se incorpore al debate la flexibilidad laboral, que según sostiene “también la exigen los trabajadores” y que –a su juicio- “puede ser una buena forma de compensar el efecto de las 40 horas en las pymes”.

Por otro lado, apuntando al anuncio de la ministra Jara, el diputado gremialista Guillermo Ramírez –integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara- asegura que “nos parece bien que haya una mesa de trabajo prelegislativo” para estudiar este proyecto. Pero le pide a la secretaria de Estado que la instancia anunciada “no sea una comisión sesgada, sino que de verdad sea plural, para que sea un baño de realidad y no simplemente una postura ideológica”.

Segunda productividad más baja

Desde Renovación Nacional, el diputado Frank Sauerbaum asegura que “nosotros somos abiertos partidarios de producir esta reducción de jornada laboral”, pero advierte de los efectos negativos que esto puede tener. Sauerbaum, incluso recuerda que cuando se concretó la rebaja de jornada laboral de 48 a 45 horas, despechada por el Congreso el año 2001, se redujeron también los salarios de los trabajadores.

Por lo tanto, desde su punto de vista, “tenemos que combinar tres elementos fundamentales para que esto tenga un efecto positivo en los trabajadores y también en la economía: hacerlo paulatinamente, para no afectar a la pequeña empresa, considerando la dificultad que hoy tiene el mercado laboral; producir flexibilidad laboral, haciéndose cargo de la nueva realidad laboral de los trabajadores; y, no menos importante, es un elemento que tiene que ver con la productividad de los trabajadores chilenos”. Ello, porque –según argumenta el integrante de la Comisión de Trabajo de la Cámara- los chilenos son los “segundos menos productivos de toda la OCDE, por lo tanto, tenemos que combinar estos tres elementos para tener una rebaja horaria que sea beneficiosa para los trabajadores, pero que no sea perjudicial para la economía”, argumentó.

Mirada que comparte, el también integrante de la Comisión de Trabajo pero del Senado, Rodrigo Galilea, quien reparó en que “acá se trata de conjugar tiempo de trabajo, de familia y productividad, porque no sacamos nada con trabajar menos si eso nos va a terminar haciendo más pobres”. De ahí que estime que la legislación del trabajo “debe dar un margen mayor al que hoy día existe en el Código del Trabajo en estas materias”.

De hecho, él mismo presentó un proyecto que le entrega más facilidades a las empresas en esta materia, en el que propone que la jornada laboral se pueda distribuir entre cuatro y seis días y no sólo entre cinco y seis, como es actualmente; lo que, agrega, le da margen a la empresas, sindicatos y trabajadores para negociar condiciones que hoy no son posibles de negociar. Por lo que señala que las modificaciones legales tienen que pasar por mayor flexibilidad, junto con alternativas para distintos pactos entere los trabajadores y las empresas. Y mientras existan estas posibilidades –dice- “no veo problema en avanzar en el tema”.

Por su lado, el también integrante de la Comisión de Trabajo de la Cámara, el RN Eduardo Durán es más escéptico respecto del anuncio de la ministra acerca de la conformación de una mesa técnica y aunque estima que “es una buena alternativa” porque el proyecto “requiere de mucho debate”, advierte que “si la idea es no moverle una coma al proyecto original de Camila Vallejo, entonces, la mesa va a morir en la intrascendencia”.

Lo más leído