DF Conexión a China | Finanzas digitales en clave china
MARCEL OPPLIGER Editor de opinión, Diario Financiero
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MARCEL OPPLIGER
No son pocas las áreas en las que la economía digital china se encuentra a la vanguardia mundial (o muy cerca), y esto es especialmente cierto para la inclusión financiera. Desde luego, en términos de masividad no tiene competencia, dada la escala de su mercado de 1.400 millones de habitantes; pero también en términos de penetración, esto es, la proporción de esas personas que depende de la integración entre tecnología y finanzas personales para la gran mayoría de sus transacciones e interacciones cotidianas con el mercado. O mejor dicho, los mercados.
En el libro “La revolución financiera digital en China”, los editores David Dollar (del China Center en la Brookings Institution) y Yiping Huang (director del Instituto de Finanza Digital de la Universidad de Beijing) reúnen los aportes de diversos autores para poner en perspectiva el avance de las finanzas en China en su modalidad digital y las consecuencias que eso tiene para la inclusión de las personas y las empresas pequeñas y medianas en la economía del siglo XXI, así como también algunos de los ámbitos que plantean interrogantes, e incluso algunos justificados reparos.
“Este libro pone en perspectiva la experiencia Fintech china y las oportunidades para la inclusión de más personas en la economía del siglo XXI”.
Así, cada uno de los 13 capítulos del libro, por ahora sólo disponible en inglés, aborda un campo específico de las finanzas digitales que impactan tanto a las personas como a las empresas: desde los sistemas de pago, la infraestructura digital, el escándalo del P2P y los préstamos digitales, hasta los asesores de inversiones robotizados, la digitalización de la banca, los riesgos de la brecha digital, y el inminente debut del Yuan digital emitido por el Banco Central chino. Sin olvidar temas macro como los efectos de todo lo anterior en el sistema monetario internacional o la regulación Fintech.
Aunque los capítulos están construidos a partir de “papers” académicos y documentos de trabajo para la industria, se trata de un recorrido que invita al lector no especializado a aproximarse a la finanza digital sin demasiados tecnicismos. La aplicación de internet, el big data, la computación en la nube, la inteligencia artificial o la tecnología blockchain a las finanzas personales implicará (más bien, ya implica) un cambio de paradigma en cómo cada vez más personas y compañias se vinculan con el comercio, la banca, el crédito, los seguros, las inversiones o la propia moneda.
La antigua regla del 20-80, en que el 20% de los clientes más acomodados generaban el 80% de los ingresos de la industria financiera, ya está quedando obsoleta. Lo que eso significa para el grueso de los consumidores y las Pyme es que las finanzas ya no son el campo exclusivo de un segmento de elite, sino una genuina posibilidad de inclusión económica y movilidad social.
No todo es miel sobre hojuelas, claro, y preocupaciones como la privacidad de los datos y la seguridad de las transacciones, entre otras, son muy reales (tal vez en China con mayor razón). Pero las soluciones digitales pueden contribuir a cerrar brechas importantes en las economías emergentes, dicen los autores, como las de ingreso, género y campo-ciudad.
¿La panacea? De ninguna manera, pero sí la oportunidad de una vía más inclusiva al desarrollo.