por Constanza Villegas c.
El emprendimiento escolar es una actividad incipiente en Chile y el mundo, situación que explica la inexistencia de estadísticas que acrediten sus beneficios. A pesar de ello, expertos aseguran que los alumnos adquieren mejoras en las habilidades relacionadas con emprender y, en el largo plazo, contribuye a la movilidad social de las personas, lo que se traduce en una disminución de la pobreza. “El emprendimiento no sólo gira en torno a los negocios, sino también en ámbitos sociales y civiles”, explica Patricio Gutiérrez, encargado de emprendimiento de la División de Educación General del Ministerio de Educación. Agrega que los resultados son significativos en cuanto al crecimiento del país y movilidad social de las personas.
Los programas para la educación emprendedora escolar generan resultados visibles en el desarrollo de habilidades relacionadas con el emprendimiento, como el liderazgo, iniciativa, disciplina, perseverancia, ética y autoconocimiento. Además, “repercute en la deserción escolar y disminuye la drogadicción”, afirma Carla Orellano, experta en el tema y socia consultora de Momento Cero, empresa que ofrece programas en esta materia. Orellano sostiene que estas competencias tienen un impacto directo en el desenvolvimiento económico futuro de los alumnos.
El emprendimiento también significa tener otra actitud para enfrentar la vida. “Está asociado a desarrollar una perspectiva emocional, como la capacidad de sobreponerse ante la adversidad, adaptarse al cambio y ver el fracaso como una oportunidad”, explica Alberto Mora, director académico de Efecto Educativo, consultora que desarrolla recursos educacionales innovadores.
Según cifras del Reporte Nacional de Chile en 2010 perteneciente al Global Entrepreneurship Monitor (GEM), ideado por académicos del Babson College de EEUU y el London Business School de Reino Unido, la educación y capacitación del país en el contexto emprendedor se encuentra en el nivel -0,88 en la escala de Likert (donde -2 es muy bajo y +2 muy alto). Sin embargo, en este mismo informe se asegura que los 80 países estudiados fueron calificados de forma negativa en este ámbito.
Educación obligatoria
A juicio de expertos, los esfuerzos por parte de privados, universidades y gobierno, a través de InnovaChile de Corfo han ayudado a mejorar los estándares, pero no es suficiente. Se menciona, por ejemplo, el caso de Colombia, donde por ley los colegios deben enseñar a emprender, una realidad que también viven muchas de las escuelas de los países del primer mundo.
“El emprendimiento es lo que nos llevará a ser un país desarrollado, y para lograr cambiar la cultura se deben instaurar reformas”, explica Carla Orellano.
Una opinión similar tiene Inti Núñez, director del Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Aadolfo Ibáñez, al decir que para avanzar en este ámbito, se requiere de una medida estructural, como establecer la obligatoriedad de la educación para el emprendimiento en etapas tempranas. Sin embargo, Patricio Gutiérrez, del Mineduc, asegura que esta materia ya está incluida en el currículum de educación a través de los contenidos transversales, porque las capacidades y habilidades relacionadas con el emprendimiento “perfectamente pueden abordarse desde distintas asignaturas”.
Las iniciativas públicas
Para Conrad Von Igel, director ejecutivo de InnovaChile de Corfo, “existen dos maneras de salir de la pobreza: la educación y el emprendimiento”. Esto explica los esfuerzos destinados a esta materia en la institución.
En abril de 2011 se inició el Programa de Apoyo al Entorno Escolar, que con un aporte de $ 1.743 millones, cofinanció en un 70% a 36 proyectos de emprendimiento escolar, los que han beneficiado a 264 establecimientos educacionales, 72% de ellos, públicos. La mayoría de estos programas aún está en funcionamiento y el último, finalizará en agosto de 2013.
Von Igel señala que en octubre de 2011 comenzó a ejecutarse el “Estudio de Línea Base”, catastro que busca evaluar el impacto de los programas en los 39.000 alumnos que los han cursado. La investigación, que demandó una inversión de $ 45 millones, concluirá en agosto de este año y servirá de base para elaborar el Programa Nacional de la Educación para el Emprendimiento y la Innovación, que tiene como propósito la difusión, apoyo y certificación de proyectos de emprendimiento escolar y juvenil.
Como una conclusión muy preliminar, el director ejecutivo de InnovaChile, señala que han corroborado que “no hay nada mejor” que enseñar el emprendimiento en etapas tempranas.