¿Se ha preguntado por qué cuando un extranjero escucha hablar de Chile, su primera asociación es en relación a las zonas turísticas como Torres del Paine, o San Pedro de Atacama? No significa que sea malo, sino que, hasta ahora, no hemos sido capaces de posicionarnos como un país rico y diverso en otro tipo de productos como los agrícolas y silvoagropecuarios, únicos tanto en su calidad como origen. Sólo por mencionar algunos, tenemos los corderos magallánicos y las cerámicas de Pomaire.
Desde Diciembre del 2005 (ley 19.039), los productores y agricultores nacionales pueden protegerse mediante dos tipos de certificaciones: Indicación Geográfica (IG) y Denominación de Origen (DO), que permiten demostrar que un determinado producto es originario y exclusivo de un lugar en particular, siendo su calidad, reputación y características imputables a su origen geográfico (IG), como la langosta de Juan Fernández; y a la sumatoria de factores humanos asociados a su producción (DO), en el caso de Perú, el maíz blanco gigante de Cusco.
¿Proteger o no proteger?
Existen ventajas significativas para los consumidores y productores. Los consumidores tienen garantizado un nivel de calidad constante y un valor agregado al producto, el que, incluso, están dispuestos a premiar pagando un 30% más de su precio con este sello. Por su parte, los productores logran una mayor organización del sector, obtienen protección legal contra la mala elaboración de sus productos y un mayor acceso a mercados nacionales e internacionales, con una mayor rentabilidad para la industria.
Las Denominaciones de Origen se solicitan al Instituto Nacional de Propiedad Industrial y requieren de la organización de los productores, fabricantes o artesanos de una zona determinada, entendiendo que este sello se entrega de manera colectiva y no personal. Una vez agrupados se llevarán a cabo una serie de estudios técnicos para comprobar que las características del producto están intrínsecamente asociadas a su origen y elaboración en un espacio determinado.
Carolina del Río, Gerente General
Clarke, Modet & Cº Chile