El ministro de relaciones exteriores, Alejandro Foxley, fue el principal presentador del informe de la comisión de Crecimiento y Desarrollo, patrocinada por el Banco Mundial, en un encuentro realizado por el Center for Global Development, en Washington.
Durante su intervención, el canciller Foxley expresó su optimismo respecto del futuro de Chile y de las posibilidades de integración de Latinoamérica.
Puntualizó que en el caso de Chile, el proceso de desarrollo está basado en un sistema democrático y una economía de mercado abierta al mundo, con políticas sociales que han permitido la reducción de la pobreza desde más de 40% de la población a un 13%.
Respecto del concepto de una fatiga al proceso de reformas propias de países de ingreso intermedio como Chile, indicó que todo sistema democrático debe estar continuamente modernizándose y fijándose nuevos estándares.
Por esta razón, dijo, es fundamental desarrollar mecanismos que permitan establecer nuevos consensos y acuerdos orientados a enfrentar aquellos desafíos que surgen como parte de la globalización.
Especificó que para alcanzar niveles de desarrollo apropiados para competir en un mundo globalizado se requieren reglas del juego claras, incentivos para los emprendedores y los inversionistas, alta especialización de sus cuadros profesionales y técnicos, optimizar la calidad de la producción para la exportación, contar con una adecuada infraestructura y disminuir la vulnerabilidad de los recursos energéticos.
Indicó que estos y otros sectores son vitales para el crecimiento de la economía y por ende para el bienestar de la población deben ser mirados con atención por los líderes políticos y cada una de las partes interesadas del país.
Resaltó que es vital construir una visión compartida sobre cómo enfrentar estos desafíos.
En este sentido destacó el rol del Congreso e instancias que en Chile han demostrado ser innovadoras y efectivas en la actualización de la agenda pública.
Asimismo, agregó, es muy importante que el sector privado haga lo suyo en orden de participar en forma más competitiva en un mundo globalizado.
En definitiva, indicó el Canciller Foxley, éste es un proceso de aprendizaje continuo y que Chile puede ser un actor global exitoso siempre y cuando no se descuiden los objetivos de equidad y justicia social, que deben formar parte sustancial del camino al desarrollo.