Ministro Andrés Couve: “Nosotros armamos el engranaje, ahora toca ponerlo al centro para hacer una diferencia”
Le tocó instalar el primer ministerio de Ciencias del país y enfrentar la pandemia. A pocos días de dejar su cargo, habla de los avances, desafíos y proyectos futuros.
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Queda menos de un mes para que finalice el período del gobierno actual, por lo que el ministro Andrés Couve se prepara para entregar la administración del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MinCiencia) a su sucesor, Flavio Salazar.
Sus tres años de trabajo estuvieron marcados por la instalación de la cartera y la participación en el manejo de la pandemia. Desde las nuevas oficinas de la organización, en un octavo piso frente a la Plaza de la Constitución y La Moneda, el ministro se conecta en forma telemática con DF para hacer un balance de su gestión.
Couve, biólogo y especialista en neurociencia que debutó en política como ministro, dice que su trabajo da cuenta de dos grandes áreas: incorporar al sector productivo en los temas del MinCiencia, y en utilizar el conocimiento para enfrentar escenarios complejos, como el cambio climático y la adopción de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA).
Entre los hitos que destaca de su años a la cabeza del ministerio, está la instalación de los consejos asesores -tanto para el Presidente como para el Ministerio-; la elaboración de una política de Igualdad de Género y otra regulatoria de IA; la coordinación macrozonal de la cartera; las iniciativas de datos abiertos para el Covid y para investigación y el protagonismo en la emergencia de la pandemia.
-¿Qué balance hace de su gestión como ministro?
-A pesar de todas las dificultades entre pandemia y estallido social, sacamos adelante la instalación del primer Ministerio de Ciencias. Nuestra tarea era instalar este nuevo engranaje del Estado. Construimos una nueva pieza, que ahora deberá ser central en un programa de gobierno, y eso va a hacer una diferencia como un motor de desarrollo para el futuro del país.
Esto se hizo con una visión a largo plazo, donde por primera vez la institucionalidad del país encadena todo el proceso desde la generación hasta la transferencia de conocimiento. Incorporamos la vinculación con la sociedad, con el mundo educativo y cultural y entendimos que las hojas de ruta de ciencia y tecnología deben hacerse de manera participativa, con la comunidad científica, empresarios y emprendedores.
-¿Cree que su período se vio limitado por la instalación de la cartera y la pandemia?
-Fue un momento de mucha exigencia, pero vale la pena destacar que la pandemia fue una oportunidad para poner la ciencia al centro en cómo la abordamos. En cierta manera, permitió que el MinCiencia mostrará muy rápido el valor que tiene para la sociedad chilena.
-¿Qué le hubiese gustado hacer que se vio impedido por estas coyunturas?
-No nos afectó la instalación, pero sí se limitó lo presencial, nuestro despliegue territorial y la llegada a la ciudadanía. También se limitó la participación de manera presencial en instancias internacionales relevantes. Tuvimos las dos COP (Cumbres del Clima), pero obviamente nos hubiera gustado tener más presencia internacional.
Eso sí, es muy distinto pensar en lo que falta por hacer ahora, que no es lo mismo que lo que faltó en estos tres años.
Algunos proyectos
-¿Cómo evalúa los resultados del programa Startup Ciencia?
-Es parte de la visión de encadenar la generación y transferencia de conocimiento. Es importante tener una agenda de innovación y emprendimiento de base científico tecnológica. A esto se suma Desafíos Públicos (entrega de fondos para resolver retos públicos). Este ecosistema debe seguir creciendo para tener más impacto en el desarrollo socioeconómico del país, por lo que la participación del sector privado en I+ D (Investigación y Desarrollo) debe jugar un rol mucho mayor, para que sea un actor clave del ecosistema.
-El próximo gobierno busca aumentar la inversión en I+D al 1% del PIB, ¿cuál es su opinión?
-Absolutamente de acuerdo, pero es una cosa muy distinta preguntarse con qué mecanismos se canaliza esa inversión. Una cosa es plantear un objetivo de inversión, que es un consenso, otra cosa es cómo hacerlo.
Creo que una incorporación más protagónica y un rol más importante del sector privado es clave, y también tenemos que abordar desafíos estratégicos. Hay que desarrollar incentivos, mecanismos de inversión e iniciativas para concretar esas inversiones. Si seguimos hablando solamente del porcentaje del PIB, la discusión no avanza.
-¿Cuál es el balance de lo logrado con el Observatorio de Cambio Climático (OCC)?
-Si se mira cómo los países logran que el conocimiento tenga un impacto en el desarrollo, no solamente lo hacen en base a la incorporación del sector privado, sino también en base a desafíos estratégicos del país. Está pendiente tener mecanismos legítimos y validados para abordar esos desafíos.
El cambio climático lo abordamos como un desafío global e ineludible, a través de la articulación de la comunidad científica con el Observatorio de Cambio Climático (OCC), que integra datos de instituciones públicas y académicas en un solo sitio de fácil acceso. Es parte de cómo se materializa una gran área que explorar, que es cómo abordar los desafíos estratégicos. El OCC es resultado de esto, pero probablemente hay que agregarle muchos instrumentos más, con financiamiento, equipamiento e infraestructura.
-Respecto a la Política Nacional de IA, ¿qué lineamientos regulatorios deja establecidos?
-El marco general es el mismo que el OCC, cómo el país se prepara para estos desafíos. Es una hoja de ruta que establece la necesidad de alianzas entre universidades, centros de investigación, el sector productivo y el Estado. Y establece necesidades muy claras, como infraestructura habilitante, contar con centros de datos y buena conectividad en el país, como los avances hechos con la fibra óptica y el 5G.
En estas tecnologías el Estado tiene que estar seguro de que lo que está comprando no tiene sesgos que después van a generar un perjuicio sobre los usuarios.
Buscamos generar una política que genere un balance entre lo regulatorio y la generación de oportunidades para el desarrollo económico. Obviamente la ciudadanía en Chile tiene una visión muy distinta a la población china respecto al uso de datos personales, entonces hay que adaptar el foco a nuestra realidad. El proyecto de ley de datos personales es indispensable para que la política sea realmente operativa en Chile.
Su futuro
-¿Piensa volver a la academia o seguirá en política?
-A pesar de que no lo tengo totalmente decidido, ciertamente seguiré involucrado con la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento de base científico tecnológica, pero quiero hacerlo desde otro espacio, no desde un cargo político. Veo dos grandes áreas donde se necesita trabajo: una es el Estado mismo, cómo formamos personas para que sean parte de una comunidad científica robusta, y otra es cómo incorporamos I + D en el mundo privado para que sea una parte esencial de nuestra economía. En eso me gustaría aportar.
-¿Ya se reunió con Flavio Salazar para el traspaso?
-De manera virtual y hemos conversado por teléfono de manera informal. También he conversado con la futura subsecretaria de Ciencias, Carolina Gainza, y con José Miguel Benavente, quien liderará Corfo. Este martes y miércoles tendremos reuniones formales para conversar temas administrativos, presupuestarios y programáticos.
-¿Qué recomendaciones le da?
-Más que dar consejos, percibo dos momentos muy distintos. Nosotros armamos el engranaje, a ellos les toca hacerlo central para hacer una diferencia en el desarrollo del país. El trabajo puede ser complementario y hacerse con una visión de Estado, reconociendo estos dos momentos distintos.