Una agenda modernizadora: pasar a los hechos

os aspectos resaltan especial mente en el anuncio que hizo ayer el Presidente Piñera respecto de la Agenda de Modernización del Estado, mediante la cual el gobierno busca hacer más agiles una serie de procesos y trámites que deben realizar los ciudadanos, con la expresa finalidad de “hacerles la vida más fácil”.

En primer lugar, es valorable que el Ejecutivo siga mostrándose consciente de cuán significativo puede ser para las personas ver facilitadas sus interacciones con los organismos del Estado. En efecto, ello tiene externalidades positivas no sólo desde el punto de vista económico para empresas y personas, sino que también contribuye a legitimar socialmente al sistema institucional y político. Es evidente que el Estado chileno exhibe falencias de desempeño, eficiencia y calidad de larga data que se ha vuelto preciso enfrentar.

Así, aunque mucho de lo anunciado ayer se conocía en lo esencial —particularmente el énfasis por digitalizar plataformas y servicios de atención al público—, es bueno poner acento en una reforma que es tan importante como las que actualmente debate el Congreso.

En segundo término, y quizás más relevante, lo anterior adquiere real sentido con un enfoque de largo plazo como el adoptado por el gobierno, a través de un Consejo Asesor Permanente para la Modernización del Estado que entregará continuidad a este esfuerzo más allá del actual mandato. Asimismo, el Comité Ejecutivo de Modernización se coordinará con los equipos de otras instituciones a cargo de esta materia, pues como expresó el Mandatario, “si queremos lograr un cambio real, es necesario que cada gobierno no haga ‘borrón y cuenta nueva’, malogrando una política que por su naturaleza es de largo aliento”.

Es hora de que estas y otras medidas que buscan modernizar el aparato público pasen finalmente del anuncio a la práctica, ya que son parte de una agenda de cambios que —por su impacto en la vida de las personas— puede ser genuinamente transformadora.