Editorial

Un apagón en las redes

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ste lunes, una falla informática produjo un "apagón" de tres de las principales redes sociales a nivel mundial -todas ellas propiedad de la norteamericana Facebook- que se prolongó por varias horas, y que habría afectado hasta unos 2.700 millones de usuarios, uno de los episodios de este tipo más graves de los que hay registro.

El término "redes sociales" resulta equívoco e inexacto a estas alturas, pues hace años que estas plataformas dejaron de ser solamente canales de comunicación entre individuos, para transformarse en herramientas de trabajo muy importantes -a veces, cruciales- para millones de personas, empresas y organizaciones, incluyendo entidades públicas. Más aún, en fuentes de empleo y de utilidades. Así, lo ocurrido esta semana entorpeció y encareció -en algunos casos, paralizó- incontables labores, incluyendo las de este diario.

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Sin duda, parte de la discusión tiene que ver con esta empresa en particular. Como recuerda una columna en esta página, se trata de un actor especialmente prominente del universo big tech internacional, cuya influencia es de muy complejo alcance, al igual que los cuestionamientos que ello genera en distintos planos. Pero otra parte del debate es necesariamente más amplia, y se relaciona con una dimensión que éste y otros incidentes han puesto de relieve en los últimos años, pero mucho más debido a la pandemia: la vulnerabilidad de los sistemas informáticos.

Eso abarca no sólo el riesgo de fallas técnicas o ataques externos (cada vez más numerosos), sino también aspectos como dependencia de determinados actores y sistemas, falta de respaldos y alternativas, niveles de competencia, y una normativa -o conjunto de normativas- que van muy por detrás del acelerado ritmo de cambio tecnológico y desafío regulatorio.

Estado, empresas y sociedad civil están al debe en temas que van desde la ciberseguridad, la privacidad de datos y la garantía de servicio, a los contratos electrónicos y los impuestos digitales. Lo ocurrido el lunes debe ser un aliciente a la reflexión y a la acción.

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