La crisis europea y la confianza empresarial

Su primera baja del año registró durante el mes pasado el Índice de Confianza Empresarial (ICE), que elabora el Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo en conjunto con Diario Financiero.



Comparado con abril, el ICE acusó un retroceso de 4,7 puntos, ubicando al indicador en 11,9 puntos, una cifra -por lo demás- muy alejada de los 21,7 puntos que anotó el índice en mayo de 2011. Y a nivel desagregado, este resultado dio cuenta de una disminución de la confianza empresarial en rubros como la minería, agrícola y financiero.

Sintomático, este menor optimismo del sector privado en Chile coincidió con un mayor deterioro del escenario económico internacional, particularmente en el caso de la Unión Europa. La incertidumbre sobre el curso de los acontecimientos en el Viejo Continente -que ayer sumó una baja de la clasificación de riesgo de España- y la expectativa sobre eventuales medidas de fondo, con sus respectivas repercusiones en el nivel de actividad, se tendió a instalar con fuerza en el medio local.

De hecho, ya se asume como un dato la caída del crecimiento en el Viejo Continente durante este año y la duda más bien apunta a qué tan profunda será y el tiempo que se extenderá. Es decir, el ánimo del sector privado parece prepararse para un segundo semestre aún más complejo que el previsto hace unos meses dado el panorama interno. Esto, es probable, acentuará la desaceleración propia que se había anticipado para la economía chilena.

La ventaja es que, tal como lo han reiterado las autoridades locales, el país cuenta por ahora con espacio fiscal y monetario para evitar que el deterioro interno pase a mayores.