Editorial

Competencias y trabajo en la cuarta revolución industrial

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uestra edición de ayer consignó dos noticias que, cada una a su manera, sirve para poner de relieve los desafíos que enfrenta Chile en materia de capacitación laboral en un contexto de acelerado cambio tecnológico.

Por un lado, el gobierno dio el vamos a la Comisión Asesora Ministerial de Prospección Laboral, un ente de carácter consultivo que, en palabras del ministro del Trabajo, busca "generar información de valor para detectar las brechas actuales y futuras entre la oferta y la demanda de ocupaciones y competencias ". Por otra parte, también ayer informamos sobre una disputa entre el sindicato de Walmart y la empresa, justamente porque la transformación digital de ésta -y su nuevo enfoque centrado en la "multifuncionalidad" - supone eliminar puestos con una sola función y capacitar a los empleados para desempeñar diversos roles (algo que, en otras experiencias, puede conllevar una reducción de personal).

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La forma en que la multinacional está abordando este problema puede ser la más indicada, o no serlo, pero lo cierto es que su desafío es similar al de muchas otras grandes empresas, y pronto lo será también para organizaciones de todos los tamaños. En sendos diagnósticos, tanto la OCDE como la Comisión Nacional de Productividad han observado que es preciso encontrar formas de identificar y adecuar las competencias de los trabajadores según los requerimientos de un mercado laboral que está cambiando profundamente ya gran velocidad, en esencia, bajo el impulso de nuevas tecnologías en un amplio rango de sectores productivos.

Esto implica grados de disrupción económica que impactarán primero y más fuerte a los trabajadores no calificados, por ejemplo, muchos de quienes laboran en supermercados o servicios de despacho, entre otros. Existe un riesgo real de que una parte creciente de la fuerza laboral, en un lapso de años y no décadas, termine siendo "redundante" en términos de su aporte a la generación de valor.

Una campaña electoral con sentido de futuro relevaría la magnitud del esfuerzo de capacitación y reconversión que deberán hacer los trabajadores chilenos en esta cuarta revolución industrial, así como las formas en que el Estado y la sociedad deben prepararse para ello.

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