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Alto contrasteUn poco en son de broma, esta semana los mandatarios de Chile y Perú afirmaron que este año sus respectivos países liderarán el crecimiento de la región. Echando mano al más reciente informe del Banco Mundial, finalmente fue el presidente Piñera quien se salió con la suya recordando que dichas proyecciones dan a Chile un 5,8% de expansión y a Perú un 5,5%, apuntando de paso que Chile lleva un mayor trecho recorrido en la senda que le podría llevar al desarrollo incluso en esta década.
Décimas más, décimas menos, tal vez la aproximación apropiada al tema del crecimiento no es una que pone énfasis en la competencia sino que en lo positivo que es que ambas naciones exhiban los niveles más altos de crecimiento para la región y que sus desempeños estén siendo favorables ya por bastante tiempo, lo que brinda una base inmejorable para fortalecer las relaciones comerciales y de negocios y para brindar prosperidad a sus pueblos.
Estimaciones bastante afinadas señalan que al cierre de 2010 la inversión extranjera de chilenos en Perú ya se empina cerca de los US$ 9.500 millones y que los flujos de inversión procedentes de la vecina nación del norte hacia Chile muestran tasas de crecimiento importante que los llevan al mismo año a cerca de los US$ 3.000 millones. Adicionalmente, y más allá de los grandes números, los fuertes lazos económicos y comerciales también tienen expresiones tangibles de gran connotación y relevancia. Las decenas de miles de puestos de trabajo asociados a esas inversiones son sólo un síntoma, al que se suma la indudable contribución a la creación de bienestar social que cada uno de esos dólares realiza en su país de destino.
Sectores como el retail, la industria, los servicios, la banca, la construcción y tantos otros conforman la ya tupida red de relaciones de negocios que entrelazan a Chile y Perú, a lo que se añade una no menos importante vinculación social y cultural que se expresa en las comunidades de peruanos y chilenos que viven en ambos países. Sólo a modo de datos que permiten ilustrar lo denso que es el vínculo binacional, en Chile viven unos 100.000 ciudadanos de ese país y operan al menos 90 restaurantes especializados en comida peruana.
Es justamente en la perspectiva de esta nutrida cantidad de antecedentes que es de esperar que Chile y Perú sepan progresar en una senda que fortalezca los lazos entre ambos, donde iniciativas como una integración que va más allá de lo comercial o acuerdos que apuntan a sintonizar sus mercados de valores son pasos en la dirección correcta.
