Sostenibilidad corporativa: una tarea integral
Antonio Amadori, gerente de Asuntos Externos de Gold Fields Chile
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Antonio Amadori, gerente de Asuntos Externos de Gold Fields Chile
La necesidad que tienen las organizaciones de impactar positivamente en el entorno en que se desenvuelven, tanto a nivel social, medioambiental y de gobernanza, es hoy parte de su quehacer cotidiano. A pesar de que esto se ratifica en la última entrega del informe iberoamericano Approaching the Future, que revela que la reputación corporativa es el ámbito más importante para seis de cada 10 empresas en Chile, y que son juntamente las buenas prácticas el camino principal para construirla, otras mediciones dan cuenta de importantes contrastes. Según el reporte Pulso de Sostenibilidad 2024, el 72% de las empresas encuestadas asegura que su estrategia de sostenibilidad no está necesariamente alineada con su estrategia de negocios, y el 12% no cuenta con un área dedicada a la gestión de la sostenibilidad.
“Independiente de que exista un área de sostenibilidad, es la organización completa la que debe abocarse a una gestión sostenible”.
Esto último es fundamental. Los esfuerzos y recursos que se destinen para una gestión sostenible nunca serán suficientes y el impacto tampoco será realmente significativo ni perdurable si la estrategia de sostenibilidad no está alineada a los objetivos y propósito de una compañía. Es más, si ésta no se concibe como parte fundamental de la estrategia del negocio, no es de extrañar que, en caso de estrechez económica, sean sus recursos los primeros en ser sacrificados. Y sabemos que la reputación corporativa tiene a la constancia como su aliado más efectivo.
Lograr esta integración y coherencia no se trata solo de una decisión, sino también de una necesidad que responde cada vez más a las exigencias del mercado y a definiciones regulatorias. Por ejemplo, alrededor de 50 mil empresas de todo el mundo se verán afectadas por los requerimientos de la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés), el marco europeo que obliga a las compañías a informar sobre estas materias regularmente, buscando equiparar esta información con la financiera, a la vez que introduce obligaciones más detalladas para controlar el impacto de las empresas en el medio ambiente, los derechos humanos y el ámbito social, en línea con los objetivos de la Unión Europea sobre el clima. De acuerdo con la primera Encuesta Global sobre la CSRD, desarrollada por PwC, el principal desafío que perciben las organizaciones para reportar de acuerdo con el nuevo informe es lograr la disponibilidad y calidad de los datos que se requieren por parte de las diversas áreas de la compañía, secundado de la complejidad de la cadena de valor.
Esto indica que, independiente de que exista un área de sostenibilidad, es la organización completa la que debe abocarse a una gestión sostenible. Esto requiere del compromiso de los principales ejecutivos y la conciencia de que toda la compañía es responsable no solo de operar bajo los estándares requeridos, sino también de consolidar la información de manera adecuada. No basta solo con que exista un área o departamento a cargo de la sostenibilidad corporativa, la tarea es integral.