Menosprecio por el conocimiento técnico
Sergio Lehmann Economista jefe del Banco Bci
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Sergio Lehmann
Hemos sido testigos desde hace ya un buen rato de cómo en Chile se menosprecia el conocimiento experto en cuestiones clave para el desarrollo con sorprendente desparpajo. Lo más grave es que ello se ha instalado en una parte relevante de nuestros legisladores, que con suprema liviandad desestiman el análisis bien fundado, fruto de estudios académicos y empíricos, llevado a cabo por expertos.
En lo más reciente, el Banco Central detalló los impactos económicos y financieros asociados a un nuevo retiro público de los fondos de pensiones, lo que fue desestimado por algunos miembros del Congreso. Pues esa es precisamente la semilla del populismo, que con una mirada cortoplacista ve algún beneficio político, pero que rápidamente deriva en altos costos económicos, con impactos en el bienestar social difíciles de revertir.
Se ha señalado que los primeros retiros de fondos no generaron impactos negativos. Se equivocan rotundamente. Más allá del compromiso a futuro de recursos públicos para efectos de garantizar las pensiones, el debilitamiento de la institucionalidad, el mayor riesgo país, además de la violación de derechos de propiedad en lo referido a rentas vitalicias, ha llevado a fuertes incrementos en el tipo de cambio y alzas significativas en las tasas de interés de más largo plazo.
El alza en el tipo de cambio refleja una menor confianza en la economía, además de que presiona los precios de los bienes importados. El alza en las tasas de interés, en tanto, completamente desacopladas de lo observado a nivel global, determinan mayores costos para el financiamiento de inversiones, así como para créditos hipotecarios. Ello compromete el crecimiento de mediano plazo e impide que muchas familias puedan acceder a una vivienda.
Esta misma subvaloración se ha evidenciado en las discusiones del ámbito sanitario y educacional. Como si fuera por osmosis, súbitamente proliferaron expertos en salud en las redes sociales, pero también entre algunos prominentes políticos, poseedores de la receta justa para frenar la pandemia. Afortunadamente, la autoridad sanitaria tuvo siempre claro que el foco debía estar en implementar un exitoso plan de vacunación. En temas educacionales, han tenido un rol importante en frenar avances aquellos que desconocen el rol fundamental de la educación preescolar en la formación de nuestros hijos. De ese lado el país aún está muy al debe.
Es necesario, asimismo, hacer un cuidadoso escrutinio de los planes de los distintos candidatos presidenciales. Y allí el conocimiento técnico, sumada a la experiencia de los expertos, es fundamental. Será clave recoger el análisis de la academia, así como las evaluaciones de las políticas adoptadas en otros países. Al respecto, es evidente que algunas propuestas que se han puesto sobre la mesa conducen irremediablemente al estancamiento. El marco tributario, la estructura de gobernanza en las empresas, el rol del Estado en el ámbito productivo, por ejemplo, no son inocuos para el comportamiento de las personas, empresas o emprendedores.
Es fundamental generar incentivos para la inversión y el crecimiento, a través de señales que den confianza y estabilidad.
Si aspiramos a alcanzar el estado de país desarrollado en las próximas dos décadas debemos partir por reconocer e incorporar en el diseño de políticas el valor del conocimiento técnico. De otra forma, habrá que esperar de 50 a 100 años para llegar a esa meta, con correcciones, ajustes de dirección y panas en el camino.