Sergio Lehmann

Lecciones para Chile en los mensajes del FMI

SERGIO LEHMANN Economista Jefe Banco Bci

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Lunes 4 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Hace poco más de una semana participé en las reuniones anuales del FMI, en las que se expusieron las perspectivas y principales preocupaciones económicas globales, además de mensajes clave para las autoridades que participaron. Si bien se hacen de forma general, recojo varios elementos, ciertamente aplicables a Chile, para efectos de abordar nuestro mayor dolor: un crecimiento extraordinariamente pobre.

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, dio cuenta que las razones detrás de las diferencias en la sorprendentemente dinámica economía de EEUU versus un desempeño marcadamente débil en Europa son: a) la independencia energética de EEUU, b) la fuerza de la innovación y c) la flexibilidad de su mercado laboral.

“En materia de crecimiento tenemos muchas tareas pendientes: derribar barreras que limitan la inversión, avanzar en la reforma previsional, recobrar la fortaleza institucional y reformar el sistema político”, entre otras.

Se entiende que precisamente en esa dirección se deben mover las economías, cuestión que no hemos hecho en Chile o, al menos, no hemos avanzado lo suficiente. Veamos entonces en qué estamos en esas dimensiones. En energía, los avances en nuevas inversiones son más bien menores, a pesar del tremendo potencial que tenemos en generación solar en el norte y eólica en el extremo sur, cuestión que nos podría llevar a ser un país exportador de energías verdes. La permisología pone frenos casi infranqueables. En cuanto a la innovación, si bien ha habido algunos desarrollos muy exitosos, no disponemos de las capacidades y los incentivos que nos permitan ponernos en una posición de liderazgo. La proporción del PIB que se destina a I+D en Chile es un décimo de lo que registran los países más exitosos. Esto explica, parcialmente, que la productividad esté estancada hace más de una década. En cuanto a la flexibilidad laboral, nos hemos movido en la dirección opuesta. La rigidización que se ha introducido, a través de un marco legal que ha ido encareciendo la contratación de nuevos trabajadores lleva a que las tasas de desempleo de equilibrio sean hoy más de un punto porcentual superior a los registros de hace unos años.

El FMI plantea entre sus mensajes, además, que es importante reducir los déficits fiscales que padecen un conjunto importante de economías. Aquí sí se reconocen progresos en nuestro país, entendiendo que se comparte de forma más o menos transversal el compromiso de alcanzar un equilibrio fiscal. Sin embargo, el FMI sugiere racionalizar gastos, eliminar subsidios y priorizar asignaciones. Desde esta arista ciertamente no se advierten avances. En esa línea, por ejemplo, vemos que se han ido introduciendo sistemáticamente mayores subsidios poco focalizados y altamente costosos, que ponen presión a las cuentas públicas y generan distorsiones en la asignación de recursos.

En materia de crecimiento, el FMI hace un llamado urgente a implementar reformas para recuperar un desempeño global que califica como mediocre. Aquí, por cierto, tenemos muchas tareas pendientes: derribar barreras que limitan la inversión, avanzar en la reforma previsional que permitirá recuperar profundidad al mercado de capitales además de mejorar las pensiones, recobrar la fortaleza institucional, volver a poner la calidad de la educación como una prioridad y reformar el sistema político, de forma de facilitar los acuerdos y vencer la polarización.

Pareciera que el FMI nos apuntara con el dedo cuando hace ver los principales desafíos que el mundo reconoce en materia económica. Seamos optimistas y esperemos que Chile más temprano que tarde avance en esta dirección.

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