Principios de Economía: recordatorio al Congreso

Mauricio Villena

El gran economista de Cambridge Alfred Marshall (1842-1924) publicó en 1890 su libro Principios de Economía, que fue el texto estándar para generaciones de estudiantes. Considerada por muchos el “magnum opus” del autor, la obra tuvo ocho ediciones hasta 1920 e incluso se volvió a editar en 1961. Paul Samuelson, del MIT y premio Nobel de Economía en 1970, también escribió un libro de texto de principios: “Economía” se publicó por primera vez en 1948, tuvo más de 19 ediciones, fue traducido a 41 idiomas y es el texto de economía más vendido de todos los tiempos. Más contemporáneo es “Principios de Economía”, del profesor de Harvard N. Gregory Mankiw, publicado por primera vez en 1997, con nueve ediciones y más de un millón de copias vendidas.

“Un nuevo retiro de fondos previsionales contribuirá a la expansión de los agregados monetarios y por ende a presiones inflacionarias. Nuestros parlamentarios deberían entenderlo”.

Al propio Samuelson se le atribuye la cita: “Que escriban las leyes de la nación si yo puedo escribir sus libros de texto”. Esta propuesta es clave en tiempos de Twitter y matinales, donde abundan afirmaciones erróneas sobre el funcionamiento de la economía sin sustento científico o empírico. Pero es deseable que al menos “los que escriben las leyes de la nación” tengan una noción básica de fundamentos económicos: existen principios rectores que, aunque moderados por múltiples factores que impactan los millones de mercados de una economía, es necesario conocer; no hacerlo por falta de preparación o desecharlos por conveniencia política, puede dar pie a leyes con impactos duraderos y muy negativos en un país.

Uno de tales principios fue descrito por Milton Friedman, Premio Nobel de Economía en 1976: “La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”. Es innegable que para que haya inflación persistente, es necesario que la cantidad de dinero crezca a tasas que sostengan alta variación en el nivel de precios. De hecho, existe una fuerte correlación entre inflación y la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero, independiente de cuál sea la causa de la expansión acelerada de la segunda.

Así, es obvio que un nuevo retiro de fondos individuales previsionales contribuirá a la expansión de los agregados monetarios y por ende a presiones inflacionarias. La presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, ha advertido que un mayor consumo por efecto de los retiros contribuiría a llevar la inflación a 15% a mitad de año.

Aunque el proyecto del gobierno trata de minimizar los efectos sobre la inflación, no pone límites efectivos a la futura acción del Congreso respecto de algo que aún es iniciativa exclusiva del Presidente, como son los proyectos de ley relativos a la administración financiera o presupuestaria del Estado (Artículo 65). De hecho, algunos diputados ya preparan un proyecto de sexto retiro de fondos de pensiones.

El punto de fondo sigue siendo que nuestros parlamentarios necesitan entender y aceptar que existen principios económicos que se deben respetar para lograr una economía nacional próspera; sin ello, lamentablemente seguiremos en una espiral de malas políticas económicas empujadas desde el Congreso, que generarán pobreza y mayor desigualdad de ingresos para las generaciones venideras.