Los tres pilares de un mercado financiero profundo
Kevin Cowan Economista y académico de la Escuela de Negocios UAI, ex comisionado CMF
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Kevin Cowan
El Informe de Estabilidad Financiera del Banco alerta nuevamente sobre la menor liquidez y profundidad del mercado de capitales chilenos después de la pandemia. Este deterioro ha tenido consecuencias inmediatas y concretas para las personas y empresas. La mayor correlación entre las tasas de interés de largo plazo locales y las altas tasas globales ha impactado fuertemente las tasas de créditos hipotecarios y a las tasas de los bonos corporativos.
En el mediano plazo este deterioro afecta nuestra capacidad de financiar la inversión necesaria para acelerar el crecimiento económico, potenciar a las firmas innovadoras para aumentar la productividad, y realizar las reconversiones necesarias para enfrentar el cambio climático.
“En el mediano plazo, el deterioro del mercado financiero afecta nuestra capacidad de financiar la inversión necesaria para acelerar el crecimiento, potenciar a las firmas innovadoras para aumentar la productividad, y realizar las reconversiones necesarias para enfrentar el cambio climático”.
¿Cómo reconstruir la profundidad de este mercado? La evidencia internacional sugiere que hay tres grupos de factores que afectan el desarrollo financiero de un país, tres pilares de un mercado financiero profundo.
El primero son las políticas macroeconómicas. Países con inflación alta y volátil, balances fiscales insostenibles, o políticas cambiarias inconsistentes, no logran desarrollar sus mercados financieros. En este ámbito, Chile lo ha hecho bien en los últimos dos años, reduciendo el déficit fiscal e implementando en forma oportuna una política monetaria contractiva.
El segundo pilar es el marco normativo específico del sector financiero. Acá Chile ha avanzado en años recientes, cerrando brechas respecto a las mejores prácticas globales, aprobando un marco legal para las Fintech comprensivo y flexible, y fortaleciendo la autonomía del supervisor. Sin embargo, queda espacio para avanzar, tal como lo menciona el Banco Central.
La Ley de Resiliencia debiese facilitar el desarrollo de un mercado de REPOs (Repurchase Agreements), aumentando la liquidez del mercado de renta fija. A su vez, seguir avanzando con la internacionalización del peso debiese potenciar la entrada de capitales extranjeros, complementando al ahorro local. Finalmente, avanzar en una ley de seguros con capital basado en riesgo permitiría dar más flexibilidad a las decisiones de inversión de dichas compañías.
El sistema financiero es particularmente dependiente del marco legal. Es por ello que el tercer pilar es un marco legal eficaz y estable. En los primeros años de la pandemia estresamos severamente este pilar, con cambios en las “reglas del juego” sustanciales, como fueron los retiros del sistema de pensiones y el anticipo de rentas vitalicias. Las consecuencias de estos cambios son persistentes, incluyendo reducciones en los porcentajes de inversión local de inversionistas nacionales y extranjeros.
En lo más reciente, hemos evitado repetir estos errores. Es crucial evitarlos nuevamente en el futuro. Ello requiere internalizar que el sistema financiero profundo y competitivo es instrumental para el bienestar económico y social, y que por lo tanto los costos de largo plazo de ciertas decisiones de políticas pueden exceder con creces los beneficios de corto plazo.